Y los oaxaqueños olvidaron la semana de lluvias y bloqueos y se volcaron a la octava de la Guelaguetza, a pesar que no hubo gran audiencia como en la pasada edición, la algarabía de las delegaciones no decayó y los visitantes y propios se llevaron un buen sabor de boca.
Justo de las 10:00 como se acostumbra cada año, dio inicio la máxima fiesta de los oaxaqueños, ahora en el estadio de Futbol Benito Juárez, fueron las Chiñas Oaxaqueñas quienes con su jarabe del Valle, abrieron el espectáculo le siguió San Jerónimo Tecoátl.
A pesar del sol y del bochorno, la gente aguantó estoica el paso de las delegaciones de Teococuilco de Marcos Pérez, Juchitán de Zaragoza, Montenegro Santiago Jocotepec, San Felipe Ulisa, Santiago Reyes Nopala, Cuilapan de Guerrero, además de “un colado”, que no figuraba en el programa Ejutla de Crespo.
Fue la ciudad de Tlaxiaco, Tuxtepec y Santa Catarina Juquila con sus Sones y Chilenas quienes dieron el cerrojazo a la tercera Guelaguetza, el Instituto Estatal de Protección Civil reportó un saldo blanco, asimismo las corporaciones policiales.
A decir de varios turistas el cambio de algún modo permite mayor entrada de personas sobre a todo a nivel de cancha, sin embargo hubo algunos oaxaqueños que añoraron los viejos tiempos donde después de la Guelaguetza las familias completas se iban al cerro a comer en medio de la naturaleza.