La película Roma, del director mexicano Alfonso Cuarón, continúa posicionándose entre los sitios de apuestas como la favorita en la próxima entrega de los premios oscar. El éxito de la cinta está permitiendo visibilizar las difíciles condiciones en las que se realiza el trabajo doméstico, sin contratos y con salarios bajos.
Para victoria, empleada del hogar desde los 15 años de edad, los empleadores siguen sin pagar lo justo por el trabajo que realiza.
“Ahorita regatean, la verdad es más el quehacer que lo que te dan […], 200 pesos ya es algo, sale aunque sea para la comida”, indicó Victoria Mendoza, trabajadora del hogar, quien cuenta que por necesidad económica dejó su natal Veracruz para enfrentar sola una realidad en la que, asegura, la más sacrificada ha sido su familia.
“Incluso llegó una patrona que no quería que fuera a ver a mi familia […], 2, 3 años tiene que no voy a mi pueblo a ver a mis papás, porque no me alcanza”, lamentó.
De acuerdo con el noticiero En Punto, de Televisa, entre las desventajas de los 2.4 millones de trabajadores del hogar que hay en México, está su nivel de estudios. En promedio tienen 7 años de escolaridad y la primaria terminada o trunca. La mayoría tampoco cuenta con un contrato laboral, tampoco hay tabuladores oficiales para fijar su salario y las condiciones laborales usualmente se fijan de común acuerdo con el empleador.
“Son muy pocas las compañeras que tienen contrato […] y también a ellos les genera incertidumbre de si lo firmo, a qué me obliga […] yo creo que un 2 por ciento”, indicó María de la Luz Padua, integrante del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar.
“Además, tienen ciclos de vida laboral […] más largos que en otros trabajos […], empiezan a trabajar muy jóvenes y terminan muy grandes”, señaló Alexandra Haas, presidenta de Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.
El Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar busca certificarles para que puedan exigir mejores salarios a sus empleadores.
“Vamos a enseñarles técnicas de cocina, cuidado de adultos mayores, cuidado de niños y otras técnicas que ya tienen, pero que se deben de ir perfeccionando”, detalló Marcelina Bautista, directora del Centro.
Para Victoria, la motivación para aprender y perfeccionar sus tareas, es darle a su hijo una profesión.
“Me hubiera gustado ser maestra o ser secretaria […]. Yo trabajo más que nada por mi hijo […], él quiere ser arquitecto [o] ingeniero, pero él quiere salir adelante”, señaló Victoria, trabajadora del hogar.
SDP Noticias