Simuladores, los que ahora me rechazan, dice Bejarano

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René Bejarano calificó de simuladores a aquellos que en el PRD impugnan su llegada a la Comisión Política Nacional, cuando en el pasado negociaban con él, y criticó que sus detractores asuman en público “lo que no dicen en privado”.

 

Aseguró que “con algunos de estos personajes me he sentado a platicar y hasta regalos he recibido de su parte. Es una conducta política que no es conveniente declarar públicamente lo que no se platica en privado”.

Reconoció que “desde siempre” ha estado en pláticas con los más altos dirigentes del PRD, con quienes ha negociado cargos, alianzas y todo tipo de acuerdos partidistas por eso “creo que hay que abandonar ese periodo de simulación, no por mí, por razones obvias, sino por otros, muchos, que prefieren declarar en público contrario a lo que practican en privado”.

En entrevista a su llegada a la sede nacional del PRD, el fundador de la corriente Izquierda Democrática Nacional aseguró que “es otra razón” y no la supuesta ilegalidad de su nombramiento lo que se pretende impugnar, y frente a los señalamientos en su contra afirmó que asumirá una actitud serena y paciente, “como le dijo Kalimán a Solín”, los personajes de la famosa historieta.

Cuestionado sobre las implicaciones políticas que tendrá su retorno aseguró: “Hay que medir, yo estoy midiendo la reacción del resultado del consejo y ha sido buena ante la ciudadanía y veo que en las encuestas el PRD va al alza y va a seguir creciendo”.

Su reincorporación a la actividad pública partidista coincide con el proceso previo a la elección de candidato a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, entidad donde Izquierda Democrática Nacional es la fuerza mayoritaria, y advirtió que será necesario sumar fuerzas para conservar el gobierno.

—¿Marcelo Ebrard tendrá que sentarse a negociar con usted para decidir quién será el candidato para la ciudad en 2012?

—Con Marcelo mantengo una relación de amistad y política desde hace muchos años y lo sigo haciendo, y en esta coyuntura hablamos, como es público, y ahora más.

A diferencia de Andrés Manuel López Obrador, con quien no habla, dijo, “desde el 27 de febrero de 2004 a las 6 de la tarde, lo recuerdo porque tengo buena memoria, por cierto”.

Bejarano fue puntual como ninguno a la primera sesión de la Comisión Política Nacional, después de su elección la noche del sábado.

No eran ni las 6 de la tarde, la cita era a las 6:30, cuando bajó de un elegante carro blanco que él mismo manejaba y saludó a media decena de trabajadores que se le acercaron para estrechar su mano. Portaba traje y una corbata de marca exclusiva, además de su ya característica boina. Bajo el brazo, sólo una síntesis informativa.

Subió el elevador de la sede nacional del PRD y descendió en el octavo piso, para después preguntar dónde se realizaría la sesión. Caminó hasta el salón de juntas y buscó un lugar justo en medio de la mesa rectangular, frente a la puerta para que todo aquel que pasara por ahí, lo viera.

A Bejarano le corresponde una oficina en el edifico partidista como a todos los comisionados políticos; sin embargo, no la ocupará. Tiene un despacho privado en el Centro Histórico, muy cerca del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, donde tiene su oficina Marcelo Ebrard.

Milenio