Para el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) validar la elección presidencial es un proceso complejo y en esta ocasión más, ya que los magistrados se encuentran frente a una situación inédita debido a las reformas que por primera vez se están aplicando.
Para este proceso electoral se resolverá un juicio en el que se analizará la validez de la elección en su conjunto, a la luz de las disposiciones constitucionales y legales aplicables, que lo hacen un proceso “muy complejo”, según el secretario de acuerdos de la Sala Superior, Marco Antonio Zavala.
A través de una cápsula informativa difundida en el portal del Tribunal Electoral, Zavala comentó que la calificación de las elecciones presidenciales de 2000 y 2006 fue menos compleja que la del pasado 1 de julio, pues para este proceso electoral se realizaron varias reformas por las que ahora se prevé la posibilidad de un juicio ex profeso para cuestionar la validez de la elección, que es el juicio de inconformidad.
Se trata del llamado “juicio madre” promovido por el Movimiento Progresista, que falta por resolverse una vez que ya se desahogaron los más de 300 recursos que se presentaron contra los conteos distritales de la elección presidencial.
“Para este proceso electoral, en la fase ya de calificación, vamos a tener la resolución de ese juicio de inconformidad y eventualmente ya la declaración.” comentó Zavala.
Según el funcionario, la decisión de la forma en que esto va a operar corresponderá a la Sala Superior, a partir de las propuestas de la Comisión de Magistrados encargada de presentar el proyecto de calificación de la elección y declaración de Presidente electo, comisión que también tiene a su cargo el juicio de inconformidad, por el que se cuestiona la validez de la elección en su conjunto.
“Es un proceso complejo (…) en este proceso electoral estamos viviendo una situación inédita, con un marco normativo nuevo que por primera ocasión se va a poner en marcha en este aspecto. Si nos vamos, por ejemplo, a la elección de 2000, fue una elección en donde se presentaron dos juicios de inconformidad contra unos cómputos distritales y a final de cuentas se anuló la votación recibida en dos casillas.”
En consecuencia, Zavala explicó que los primeros días de agosto de ese año ya se había emitido un dictamen relativo al cómputo final, la calificación y declaración de presidente electo.
Para esas elecciones, básicamente se hizo el cómputo final y se realizó un dictamen de cómo había sido el proceso electoral. Para ello sólo se contaba con los informes de los presidentes de los consejos distritales, que estaban en cada uno de los expedientes de cómputo distrital.
Para la elección de 2006, la situación se complicó porque hubo una serie de inconformidades en relación a las condiciones cualitativas del proceso electoral y de sus resultados, por lo que se hicieron valer 240 juicios de inconformidad de los 370 que fueron promovidos.
Entonces, el TEPJF determinó que todas las cuestiones cualitativas que no tenían que ver con los cómputos distritales se dividieran, reservaran y se remitieran al expediente de calificación de la elección de presidente.
Una vez resueltas las inconformidades, al momento de hacer el cómputo final de la elección, se estudiaron las impugnaciones con las pruebas aportadas, con las que se alegaba que el proceso electoral no cumplía con los requisitos que establecía la Constitución.
Agencias