Mientras los maestros disidentes de la CNTE se distraían en la dinámica negociadora en la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Educación Pública preparó en lo oscurito un nuevo modelo educativo correspondiente al modelo productivo de mercado.
El nuevo modelo educativo mexicano era necesario desde el agotamiento del sistema político priísta primero revolucionario (educación socialista) en 1946 y 1968 y luego populista en 1982. La educación mexicana ha formado parte de la ideología como pilar del sistema político priísta: forjar conciencias sociales, no máquinas reproductoras de técnicas. Los primeros indicios fueron claros: el relevo desde 1982 en la clase dirigente al pasar de los forjados en las escuelas públicas (UNAM, IPN, UAM y regionales) a los cincelados en las escuelas privadas (ITAM, Universidad de Chicago, Tecnológico de Monterrey).
La propuesta del titular de la SEP, Aurelio Nuño Mayer, cerró el ciclo de reformas neoliberales del proyecto salinista que se puso en marcha con el Plan Global de Desarrollo 1980-1982, el adelgazamiento del Estado y la privatización de empresas públicas y se consolidó con el tratado salinista de comercio libre con los EE.UU. en 1993: la educación pública para la producción.
Salinas eludió la reforma de contenidos educativos para su proyecto neoliberal por miedos a la inestabilidad social y con ello provocó la acumulación de conflictos políticos con los maestros de la CNTE. La descentralización educativa de Salinas-Zedillo 1992-1993 se logró a cambio de cederles poderes locales a las secciones magisteriales disidentes. Si la reforma laboral educativa tiene al país sumido en una espiral de violencia social, se debe esperar más del nuevo modelo educativo.
El modelo educativo mexicano actual creaba profesionales para el Estado, hasta que el Estado entró en crisis, dejó de contratar profesionistas con pensamiento social y prefirió los técnicos educados en universidades extranjeras. El nuevo modelo educativo para básica y media superior tratará de compatibilizar la capacitación educativa técnica con la demanda de profesionales para la producción en serie. La educación cívica, la filosofía y las humanidades se han diluido. Un caso singular: las escuelas de ciencia política (filosofía política) han derivado en centros de marketing político (campañas electorales).
Pero el nuevo modelo educativo se topará en las calles con los maestros y empleados de las CNTE en Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Chiapas y partes importantes de la Ciudad de México. Y ante la falta de mecanismos de negociación, la disputa se dará en las violencia callejera como en Chile, Francia y España. Y si la reforma laboral en educación se va a modificar por la presión callejera de la CNTE, el nuevo modelo educativo transitará por los mismos caminos.
La fundamentación pragmática del nuevo modelo educativo reproduce los razonamientos de los científicos del porfirismo: educación para la producción, el poder transformador de la ciencia en sociedades subdesarrolladas. Sin embargo, ahora será aún más reduccionista: menos ciencia y más técnica porque la planta productiva mexicana carece de oferta de profesionales capacitados para producir, no para dirigir comunidades sociales.
El viejo modelo educativo mexicano estalló en el 68 con el agotamiento de las plazas en el Estado. El modelo salinista neoliberal de desarrollo ha exigido un modelo educativo correlativo a la educación para la producción y no para la ideología de un Estado social ya inexistente. La nueva educación sería el sepelio definitivo de la república de la Revolución Mexicana.
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Política para dummies: La política es la sensibilidad de no desdeñar al adversario porque los platos rotos se pagan en las urnas o en las calles.
Sólo para sus ojos:
- Dicen que el Diablo está en los detalles: a pesar de la campaña contra él y más contra su esposa, Trump sigue subiendo en las encuestas. Y Hillary Clinton carece de discurso, propuestas y carisma y cada vez tiene que correr más aprisa para permanecer en el mismo lugar.
- En los pasillos del poder afirman que fue un error estratégico de Aurelio Nuño dar a conocer el nuevo modelo educativo en la cresta de violencia callejera de la CNTE, sobre todo con evidencias de que la represión policiaca sólo a redinamizado el movimiento.
- Los primeros indicios señalan que Alejandra Barrales ni es la presidenta del PRD ni la que fija las estrategias, sino una especie de canciller mediadora entre tribus. El poder real lo siguen teniendo Los Chuchos.
- Siguen los abusos policiacos en los EE.UU. y se acumulan datos de que los policías no son los héroes que pinta Obama.
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