La reforma de las pensiones, que retrasa la edad de jubilación en Francia a los 62 años, recibió ayer un impulso definitivo tras aprobar el Senado la nueva ley, pese a la rebelión sindical y estudiantil en los últimos días, que puso al país al borde de la parálisis.
Como se esperaba y gracias al apoyo de los parlamentarios conservadores y centristas (177) que superaron a los de la oposición de izquierdas (153), los senadores aprobaron el considerado como proyecto estrella del mandato del presidente francés, Nicolás Sarkozy, que elevará la edad mínima legal de jubilación de 60 a 62 años y de 65 a 67 años la edad para cobrar la pensión completa.
El texto entra ahora en la recta final, una semana decisiva en la que tendrá que ser ratificado definitivamente por ambas cámaras y por el presidente para entrar en vigor.
Una comisión paritaria de senadores y diputados consensuará el lunes un texto definitivo, que será ratificado por la cámara alta el martes y por la baja el miércoles, día en que quedará listo para la rúbrica de Sarkozy.
Continúan protestas. Lo hará en medio del ruido de fondo de las protestas que continúan en el país y que amenazan con radicalizarse en los próximos días, ante el llamado de sindicatos y organizaciones estudiantiles a seguir oponiéndose a un proyecto que consideran injusto.
Los sindicatos ya han asegurado que la adopción del texto no frenará su movilización y que las protestas se mantendrán. De hecho, tienen convocada dos jornadas de protestas, para el 28 de octubre y para el 6 de noviembre.
Pero el gobierno galo parece decidido a avanzar en la reforma y a acelerar para superar el desafío que le plantean los sindicatos.
El gobierno, que ha reiterado que elevar la edad de jubilación es indispensable, se esfuerza por insuflar normalidad a un país sumido en una protesta masiva contra una ley muy contestada.
No en vano, el 69 por ciento de los ciudadanos aprueba “las huelgas y las manifestaciones” contra el proyecto de ley frente a un 29 por ciento que se dice en contra, según un sondeo del instituto demográfico BVA.
Sin embargo, la misma encuesta muestras que la mayoría de los franceses (52%) desaprueba el bloqueo de las refinerías, que amenazan con paralizar el tráfico rodado del país.
La Crónica de Hoy