El Senado apartó el martes a la economía estadounidense del borde del “abismo fiscal”, al votar para evitar un aumento de impuestos inminente y recortes de gastos públicos en un acuerdo bipartidista que aún podría enfrentarse a dificultades en la Cámara de Representantes.
En una inusual sesión de año nuevo alrededor de las 2 a.m., los senadores votaron por 89-8 a favor de elevar algunos impuestos a los ricos y de mantener permanentes unos impuestos bajos sobre la clase media que han estado en vigor durante una década.
Pero la medida hará poco por controlar el gran déficit presupuestario anual que ha llevado la deuda estadounidense hasta los 16,4 billones de dólares.
El acuerdo llegó demasiado tarde para que el Congreso cumpliera su propio plazo de Año Nuevo para aprobar leyes que detengan los aumentos impositivos y recortes de gastos por valor de 600,000 millones de dólares, que estrictamente hablando, entran en vigor hoy martes.
Pero con las festividades de Año Nuevo, no habría impacto real y el Congreso todavía tiene tiempo para redactar la ley y aprobarla.
Para ello necesitará el respaldo de la Cámara, donde muchos de los republicanos que la controlan se quejan de que el presidente Barack Obama ha mostrado poco interés en recortar el gasto del Gobierno y de que está demasiado preocupado en aumentar los impuestos.
Todos los ojos están puestos ahora en la Cámara de Representantes, que celebrará una sesión al medio día.
Obama pidió a la Cámara que actúe con rapidez y siga la iniciativa del Senado. “Aunque ni demócratas ni republicanos obtuvieron todo lo que querían, este acuerdo es lo que hay que hacer para nuestro país y la Cámara debería aprobarlo sin retraso”, dijo en un comunicado.
“Hay más trabajo por hacer para reducir nuestro déficit y estoy dispuesto a hacerlo. Pero el acuerdo de esta noche nos asegura que continuaremos reduciendo el déficit a través de una combinación de nuevos recortes de gastos y nuevos ingresos de los estadounidenses más adinerados”, dijo Obama.
Los miembros de la Cámara daban gracias porque los mercados financieros estuvieran cerrados, lo que les daba una segunda oportunidad para volver a intentar evitar el abismo fiscal.
Pero si los legisladores no pueden aprobar el proyecto en los próximos días, los mercados probablemente sentirán el peso de esa decisión. La economía estadounidense, aún en recuperación desde la crisis del 2008-2009, podría estancarse de nuevo si el Congreso no logra solucionar el problema presupuestario.
El nuevo plazo informal para que el Congreso emita su legislación se cumplirá el miércoles, cuando la actual conformación del cuerpo legislativo expira y es reemplazada por un nuevo equipo elegido en las elecciones de noviembre.
El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, el máximo republicano en el Congreso, dijo que la Cámara consideraría el acuerdo del Senado. Pero dejó abierta la posibilidad de que los representantes enmienden el proyecto de los senadores, lo que podría desatar otra disputa legislativa.
“La Cámara de Representantes honrará su compromiso de considerar el acuerdo del Senado en caso de que este fuera aprobado. La decisión de si la Cámara lo acepta o promueve enmiendas no se tomará hasta que los miembros de ella estén en condiciones de revisar la legislación”, dijo Boehner y otros líderes republicanos en una declaración.
Agencias