1.- El caso del periodista Ricardo Alemán marcó el inicio de la fase decisiva de las elecciones: la lucha sin cuartel por el poder. Dos palabras agregadas a un retuit provocaron el linchamiento del columnista, el cierre-censura de tres medios al periodista y elevaron el nivel de adrenalina en la competencia.
2.- EL PRI inició la semana con un relanzamiento de su campaña el domingo 6, ya con nuevo presidente de comité ejecutivo nacional, el guerrerense operador René Juárez Cisneros, aunque con el mismo coordinador de campaña: Aurelio Nuño Mayer.
3.- La semana 6 también definió el espacio de lucha: mientras se apuntalaba al PRI con nuevo dirigente, el gobierno federal siguió soltando dardos envenenados contra el candidato PAN-PRD Ricardo Anaya en el tema de la nave industrial, no con la intensidad de antes pero sí con suficiente contenido como para mandar el mensaje de que no habrá negociación de Peña Nieto para marginar a José Antonio Meade Kuribreña y buscar un pacto con Anaya.
4.- Sin embargo, una cosa es que Meade haya sido reconfirmado como el candidato único y otra que siga hundido en el tercer sitio de las expectativas electorales en las encuestas registradas en el INE.
5.- A pesar de ese posicionamiento debajo de Anaya, los priístas han comenzado a deslizar parte de su plan de batalla: el 15 de mayo se romperá el cochinito del gasto de campaña no fiscalizado por el INE, el gasto de obra del sector público en distritos clave de votos.
6.- El modelo Estado de México de inversión pública con secretarios del gabinete presidencial al frente de la movilización electoral debe cambiar –cuando menos ése sería el objetivo– las posiciones en las encuestas: Anaya va a padecer algunas filtraciones más de su expediente en la PGR, tratando de que Meade pase a segundo lugar.
7.- La fecha plazo para que Meade se consolide en segundo lugar con 8 puntos de diferencia del puntero López Obrador sería el 15 de junio, después del tercer debate. La estrategia buscará que la diferencia real –aplicado el margen de error de las encuestas– sea de 3-4 puntos porcentuales entre López Obrador y Meade.
8.- Sin embargo, expertos en encuestas han detectado en los encuestados que la tendencia de López Obrador es anti Peña Nieto, anti PRI y anti sistema priísta, como lo reveló el efecto adverso en el choque de López Obrador con empresarios que se quedó esperando que el miedo político del electorado le quitara votos.
9.- Los cálculos del cuarto de guerra priísta no han entendido la lógica del votante: López Obrador y Anaya se reparten el voto contra el establishment peñista; es decir, el voto contra el PRI no es circunstancial ni cambiante, por más dinero social que echen en las zonas de reserva de votos.
10.- La tarea sólo de representar al viejo PRI de Juárez Cisneros y la reconfirmación de Nuño Meyer como coordinador peñista de campaña fueron los mensajes del presidente Peña Nieto de que no habrá pacto secreto con el PAN y que el grupo mexiquense se jugará todas sus cartas –el todo por el todo– para ganar con Meade.
11.- Y, cuando menos hasta ahora, no hay plan si gana López Obrador.
Política para dummies: La política es la guerra por cualquier medio.
Si yo fuera Maquiavelo: “Lo peor que un príncipe puede esperar de un pueblo que no lo ame es el ser abandonado por él”.
Sólo para sus ojos:
- Recuerde revisar todos los días el sitio seguridadydefensa.mx para enterarse de los juegos geopolíticos de poder.
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- Si los mensajes de las encuestas se consolidan, entonces habrá un voto diferenciado: presidente de un partido y legislador de otro. Ahí es donde el PRI en debacle podría encontrar su valor de uso: el partido bisagra en el Congreso, aún como tercera minoría.
- Si alguien dudaba del uso de aparato de Estado en elección contra López Obrador y Ricardo Anaya, la Junta de Conciliación de la Secretaría del Trabajo volvió a sentenciar a Napoleón Gómez Urrutia a regresar 54 millones de dólares en litigio. La desesperación de José Antonio Meade acepta ese uso faccioso de las instituciones. Sin embargo, las primeras reacciones anoche fueron significativas: “ni así”. Ya poco importa si es culpable o no: el aparato de poder sirve a Meade.
- Famosas últimas palabras: “Votar con menos víscera y más razón”: exhorto del presidente Peña Nieto para que no voten ya saben por quién.