Las próximas elecciones en Estados Unidos se perfilan como las más competitivas en años… por la cantidad de precandidatos.
Tal como en México varios políticos han declarado sus aspiraciones para la Presidencia, aunque todavía faltan años para las elecciones, en Estados Unidos lo han hecho más de 20 personas para los comicios de 2016.
Quince de ellas pertenecen al Partido Republicano, una cifra récord que perfila las primarias como las más disputadas en décadas.
Y todavía podrían declararse más. De hecho, uno de los republicanos favoritos en sondeos, el Gobernador de Wisconsin, Scott Walker, ni siquiera ha oficializado sus intenciones.
Algunos tienen amplio historial político y ven la Presidencia como el único puesto por el que les falta competir, y otros son activistas o empresarios que quieren introducir sus puntos de vista en la campaña.
“Van desde los que sí tienen posibilidades, como Jeb Bush, Marco Rubio o Scott Walker, a los que nada más quieren ver qué pasa, como Donald Trump.
“Pero todos, sin falla, creen que pueden ser Presidente”, dijo a REFORMA Geoffrey Skelley, del Centro para la Política de la Universidad de Virginia.
Según el experto, también ayuda que esta vez no es posible la reelección de Barack Obama, lo que hace creer a los precandidatos que tienen mejores oportunidades.
Asimismo, además de sus sueños presidenciales, hay otra razón por la que tantos políticos están compitiendo: el dinero.
“Es un nuevo mundo en cuanto a finanzas de campaña, con menos exigencias de transparencia y limitaciones para conseguir financiamiento.
“Hay muchísimo dinero ahí afuera y, con el apoyo de uno o dos grandes donadores, cualquiera puede recaudar millones”, agregó Skelley.
No sólo se trata de recaudación de fondos: las primarias también son buen negocio.
Si alguno de los precandidatos ha escrito un libro, las ventas aumentan; si cobraba por ser ponente en conferencias, ahora podrá ganar más.
“Competir enriquece”, resumió el experto de la Universidad de Virginia.
Aunque eso podría dificultarse esta vez, pues la cantidad de precandidatos ya ha cambiado cómo funcionan las campañas.
Las televisoras que organizan debates implementaron un sistema para que sólo los 10 republicanos a los que mejor les vaya en encuestas puedan participar, por ejemplo.
También evidencia las divisiones internas del Partido Republicano.
Cada precandidato parece abogar posturas completamente dispares sobre temas como migración o educación, y cada uno recibe apoyo de distintos sectores republicanos.
“Hay más alas del Partido, y cada uno apela a ellas. Los cristianos evangélicos, los seculares, los socialmente conservadores, los económicamente conservadores… todas estas facciones facilitan que haya tanta gente en la contienda”, indicó Skelley.
“Es completamente diferente a la situación del Partido Demócrata, donde Hillary Clinton está consiguiendo prácticamente todo el dinero, todo el apoyo y los que querrían competir por la nominación demócrata ni lo consideran para no enfrentarse a ella”, agregó.
Eso podría llevar a los republicanos a abogar posturas cada vez más extremas durante las internas, y afectarlos cuando llegue la elección presidencial.
Por ejemplo, si condenan el tema migratorio como Trump lo hizo hace un mes en el afán de atraer a los votantes más conservadores del Partido.
Algunos ya han empezado a hacerlo. Bush está casado con una mexicana y antes pedía que los 11 millones de indocumentados pudieran conseguir ciudadanía. Ahora está en contra de que puedan ser ciudadanos.
Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, redactó una fallida reforma migratoria en 2012, pero recientemente ha condenado propuestas que él mismo había abogado en la medida.
Al menos 15 personas ya han anunciado que buscan la candidatura del Partido Republicano para 2016.
Los políticos de alto perfil:
Jeb Bush, ex Gobernador de Florida; Marco Rubio, senador por Florida; Scott Walker, Gobernador de Wisconsin; Ted Cruz, senador por Texas; Chris Christie, Gobernador de Nueva Jersey; Rick Perry, ex Gobernador de Texas; Rand Paul, senador por Kentucky.
Los funcionarios no tan conocidos:
John Kasich, Gobernador de Ohio; Bobby Jindal, Gobernador de Louisiana; Lindsey Graham, senador por Carolina del Sur; Mike Huckabee, ex Gobernador de Arkansas; Rick Santorum, ex senador de Pennsylvania.
Los ‘otros’:
Carly Fiorina, ex empresaria de HP; Ben Carson, reconocido neurocirujano, y Donald Trump, magnate de bienes raíces.
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