El presidente Felipe Calderón Hinojosa ratificó su oposición a la legalización de las drogas, pero no a que se debata el tema porque la mexicana, dijo, “es una sociedad democrática que sí tiene que sacar sus temas a discusión”.
Ante los presidentes de los partidos políticos -a excepción del PT, que no acudió a la convocatoria- el mandatario dijo estar plenamente consciente de que el tema es complejo “porque sí tiene aristas positivas y negativas”.
Admitió que del lado de las ventajas se menciona que una legalización provocaría que bajarían el alto precio de las drogas que la prohibición implica y la renta a los criminales, sin embargo propiciaría automática y lógicamente un aumento masivo del consumo, particularmente entre adolescentes y jóvenes.
