Se manifiestan las ganas de participar de la sierra norte en el V Foro de Consulta del Gobierno electo

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Organizarnos”, es la palabra que se repite en las cuatro mesas  de trabajo instaladas aquí a un lado del palacio municipal en el quinto foro de consulta impulsado por el gobierno electo de Oaxaca.

Palabras de esperanza expresadas en la apertura a cargo del presidente municipal de Guelatao, Aquilino Santiago; mensaje de Gabino Cué, entregado por el Coordinador de Planeación Democrática, Víctor Raúl Martínez Vásquez; explicación en torno a la dinámica de trabajo expuesta por Adelfo Regino Montes, de Servicios del Pueblo Mixe, y por Aldo González Rojas, de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca.

Organizarnos, dicen, y hablan de su propio esfuerzo al que se conjunte el apoyo del gobierno que viene, así se expresan presidentes electos y en funciones, representantes de organizaciones de 30 comunidades serranas.

Llegaron de Jaltianguis, de Santa Catarina Lachatao, de Capulalpan, Santa María Yavesía, Yatzachi, Talea de Castro, Yagalaxi, Yalalag, Zoogocho, de Santa Cruz Yagavila, o de la Unión de Comunidades Cafetaleras de Ixtlán, entre otros rumbos de esta Sierra Juárez.

No depender de funcionarios de gobierno, integrar equipos con profesionistas originarios de la región, para orientar a nuestras autoridades municipales, plantean e insisten en la utilización de su capital humano para conducir su propio desarrollo.

Han reorganizado los temas de la consulta para hacerlos girar en torno al eje 6, llamado Pueblos indígenas, para proponer acerca de los sistemas normativos indígenas, de la agricultura sostenible, de la educación indígena intercultural, de la mujer indígena, entre otros tópicos.

Sostienen la necesidad de consolidar la organización de los pueblos, “para empujar nuestras propuestas y que la opinión de los serranos sí se tome en cuenta”, como quiere Heriberto Hernández Mirón, alcalde electo de San Juan Evangelista Analco.

Los diputados electos, Perfecto Mesinas Quero y Héctor Lorenzo Inocente, de los distritos III y XX, respectivamente, escuchan cómo platica Vidal Guadalupe Luna, de Jaltianguis: “Fui migrante, sé que los frutos que se producen allá, también los podemos producir acá, solo necesitamos apoyo, asistencia técnica”.

Más acá, junto a la legendaria laguna, cerca de la escultura del pequeño pastor que llegaría a presidente de la República, otra voz enuncia: “En el campo hay vida, hay tesoro, podemos sacarle el fruto a la madre tierra; tiene que acabarse el tiempo de la siembra en papel y la cosecha en papel”.

El presidente de Xagacía, Leocadio Hernández, lanza la expresión de la esperanza y el conjuro  a la corrupción: “Que éste sea el gobierno del cambio y no del ‘vuelto’”.

Insisten en el aprovechamiento de su capital humano para potenciar el desarrollo de sus comunidades; proponen implementar centros de acopio regionales que contribuyan a la justa comercialización  de sus productos.

Ponderan la participación ciudadana en la elaboración del Programa del Gobierno que viene y subrayan la importancia de “crear políticas públicas desde los pueblos”.

Sus intervenciones son decididas, claras; vienen desde un pensamiento de muchos años atrás, del arraigo a su tierra, a su lengua, a su raíz.

A treinta metros del enorme sabino que preside esta plaza cívica, el Patricio Juárez, desde su mirada seria, parece consentir con la palabra de sus paisanos.