Se despide Sicilia de beso y abrazo de legisladores

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Al concluir en el Castillo de Chapultepec el diálogo del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, el poeta Javier Sicilia repartió besos, abrazos y apapachos a los legisladores con los que interactuó en busca de reformas legales para acabar con la violencia.

 

En repetidas ocasiones los representantes de ese movimiento ciudadano acusaron a los legisladores de ser corresponsables de las 50 mil muertes que suma la lucha contra el crimen organizado durante la actual administración y los obligaron a pedir perdón por sus omisiones, petición a la que accedieron varios de los legisladores y lo pidieron públicamente.

La estrategia de respuesta inmediata le funcionó al movimiento que encabeza el poeta Javier Sicilia, los legisladores de todas las fracciones parlamentarias dijeron sí a una serie de compromisos legislativos, pero no fueron suficientes para el movimiento que esperaba respuesta positiva a una reforma para democratizar a los medios de comunicación como tampoco recibieron respuesta para dar entrada a una nueva iniciativa de Seguridad Nacional ni tampoco para la atención de los pueblos indígenas con la propuesta de los acuerdos de San Andrés Larráinzar, en Chiapas.

Después de más de cinco horas de acusaciones, recriminaciones, donde prácticamente fueron obligados a comprometerse los legisladores, Manlio Fabio Beltrones, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, fue el primero que llegó hasta el lugar de Sicilia, quien lo acogió entre sus brazos, lo besó, le acarició la espalda y le agradeció el haber sido escuchado.

Previo a este acto de aparente hermandad y en su última intervención, Javier Sicilia reconoció públicamente que “he sido muy criticado por haber abrazado al presidente y por besarle la mano a la procuradora, pero no me importa; ustedes son un chingo y aquí están mis afectos”.

Beltrones Rivera llegó en la pasarela, el presidente de la Cámara de Diputados, Carlos Ramírez Marín, quien recibió abrazo, pero no beso y enseguida ya le esperaba la coordinadora de los diputados panistas Josefina Vázquez Mota, a quien besó en la mejilla, abrazó, la apapachó, le besó la mano y le volvió a besar la mejilla

Más discreto, Carlos Navarrete, coordinador de la fracción del PRD en el Senado, esperó al líder social en la puerta de salida y también para él un beso, casi le llega a los bigotes, el apapacho, el apretón y las gracias, mientras que el líder del sol azteca en el Senado le repetía una y otra vez “se logró más de lo esperado, qué bueno, felicidades, ahora lo que sigue”.

A lo largo de las más de cinco horas que duró este diálogo en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, Javier Sicilia recriminó a los legisladores el permitir que el Ejecutivo federal violentara las disposiciones constitucionales con la participación del Ejército en la guerra contra el crimen organizado.

Dijo que por ello son corresponsables, además de los muertos, de los 10 mil desaparecidos que se han denunciado, de los 120 mil desplazados en las zonas más violentas del país y de que se siga violando la ley.

Al interior del Castillo de Chapultepec, la ley de protección a los no fumadores está vigente, ni siquiera en las áreas abiertas se permite fumar, pero ahí en plena sesión frente a los legisladores criticados por no hacer cumplir la ley Javier Sicilia encendió un cigarro y lo fumó completo, mientras su compañero de silla Emilio Álvarez Icaza mantenía la recriminación al poder legislativo por las violaciones a las leyes.

Milenio