“El pueblo está harto de tanta pinche tranza”, comentó el Presidente López Obrador, para luego arremeter contra el ex presidente, Felipe Calderón, acusándolo de corrupción y coyotaje por haber aceptado ser asesor de una empresa extranjera que tuvo relaciones comerciales con su gobierno.
“Felipe Calderón tiene relación con las empresas extranjeras, con una empresa, que no voy a mencionar su nombre, termina su mandato y se va de consejero. ¿Está bien eso?” Preguntó.
La acusación continuó al día siguiente durante la matutina; todavía cabreado, el Presidente abordó nuevamente el tema de los ex presidentes como Ernesto Zedillo; aquel presidente que durante una gira se cruzó con una persona cuya miseria brotaba a flor de piel; la mujer alargó la mano hacia el Presidente pidiéndole una moneda, Zedillo, sorprendido, se metió las manos a los bolsillos y le dijo a la miserable: “No tengo cash”, y continuando su marcha por esos caminos áridos y polvosos, olvidados por los gobiernos revolucionarios que los recorren para refrendar su imagen populista de derecha o de izquierda en los medios de comunicación.
En efecto, Ernesto Zedillo, fue culpado por el Presidente López Obrador “de haber promovido la privatización de los ferrocarriles y después, cuando terminó su mandato, se fue a trabajar como asesor a una de las empresas que se beneficiaron”, la Kansas City Southern (cuyos trenes permanecen bloqueados por la CNTE).
Zedillo, vendió el sistema ferroviario mexicano incluyendo más de 3 mil locomotoras y 10 mil vagones en mil 400 millones de dólares el 6 de diciembre de 1966.
Al inicio de su gobierno, Ernesto Zedillo, propuso vender las plantas eléctricas, los ferrocarriles, los aeropuertos y servicios auxiliares (ASA), los sistemas satelitales y las empresas petroquímicas.
El presidente de México que inició las privatizaciones fue el ex presidente, Carlos Salinas, continuado por el sucesor, Ernesto Zedillo, acciones presidenciales que convirtieron al país en la más grande subasta de bienes nacionales que se tenga memoria, aduciendo que dichos bienes nacionales dejaron de ser negocio productivo.
La teoría y práctica neoliberal de Salinas y Zedillo, fue continuada por el ex presidente, Enrique Peña Nieto, al anunciar que “el petróleo se había agotado, que Cantarel ya no producía lo necesario”. “Se terminó”, advirtió, para luego, dar paso a las reformas que no prosperaron.
El cerrojazo del ex presidente a la producción petrolera de México se explica al revelarse los enormes saqueos en perjuicio de la Paraestatal al punto de quebrarla y cobrar mas de 126 vidas en Tlahuelilpan, Hidalgo. Toda una industria paralela a Pemex con permiso para robar y matar.
Son muchos los abusos, saqueos y robos cometidos por ex funcionarios contra Pemex y contra el Estado, en tiempos en que los valores cívicos y morales se desgastaron hasta casi desaparecer. ¿Ética, moral, honestidad, disciplina? ¿Qué es eso?
Ante las acusaciones del Presidente, Lopez Obrador, en su contra, el ex presidente Felipe Calderón, contestó al Presidente, a través de twitter: “Quien afirma está obligado a probar y no hay derecho a calumniar a personas o empresas sin fundamento”. “Categóricamente rechazo que en mi relación con empresas globales, haya incurrido en tráfico de influencias, conflicto de interés, y mucho menos en actos de corrupción”. “La ley prohibe aceptar cargos durante un año posterior al término del ejercicio del servidor público: Independientemente de que Avangrid no tiene actividades en México, mi pertenencia a su consejo tuvo lugar entre 2016 y 2018, 4 años después de haber concluido el cargo”.
Para cerrar el caso el Presidente advirtió: “Yo no voy a discutir con el ex presidente”, ofreciendo disculpas, pero agregó, que si no existía un impedimento legal para ocupar un cargo en el Consejo de Administración de Avangrid, si fue inmoral y falto de ética aceptarlo.
El presidente de la República es la persona más enterada del país, tiene ojos y oídos en todas partes, y cuando se entera de los abusos, robos y conflictos de interés cometidas por los funcionarios de gobierno tiene 3 opciones, estar de acuerdo con lo cometido, ignorar el asunto o sancionar, no sin enojo.
La cloaca que se destapa día a día en México causa enojo y asombro, pues como entender que los ladrones continúen gozando de lo robado al país, de impunidad que les da libertad; y que la ley y la justicia no los alcancen.
“Cabrearse” se explica cuando nos enteramos de tanta inmundicia, pues “El pueblo está harto de tanta pinche tranza”.
@luis_murat
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