El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, oficializó hoy su candidatura a los comicios de abril y mayo próximos, pues, en su opinión, no solicitar de nuevo la confianza de los ciudadanos en la actual situación de crisis sería como si un capitán abandonara el barco “en plena tormenta”.
En una entrevista concedida a la cadena privada TF1 y emitida en directo en horario de máxima audiencia, Sarkozy aseguró que todavía tiene “cosas que decir”.
Aunque Sarkozy había reiterado en las últimas semanas su intención de apurar el plazo de mediados de marzo fijado para anunciar las candidaturas a las presidenciales francesas, hoy indicó que el hecho de que haya comunicado ahora su presencia en la carrera al Elíseo no equivale a un cambio de planes.
Los medios consideran, en cambio, que una razón por la que ha adelantado su estrategia es la distancia que le separa en los sondeos del socialista François Hollande en la primera vuelta de los comicios el 22 de abril, en la que este acapararía el 34 por ciento de los sufragios, frente al 26 por ciento de Sarkozy.
Pese a que no se descarta una remontada de Sarkozy, juega en su contra el balance de sus cinco años en la presidencia francesa, con una impopularidad particularmente patente entre las clases más vulnerables a la volatilidad económica: solo uno de cada cuatro trabajadores de ese tipo tiene confianza en él, según la última encuesta del instituto CSA.
Sarkozy sostuvo hoy que en estos cinco años se ha logrado “mucho”, pero que ese periodo es insuficiente, especialmente cuando “Francia, Europa y el mundo han experimentado una sucesión de crisis que ha obligado al mismo tiempo a gestionarla”.
Si los ciudadanos le dan su confianza en las urnas, aseguró, la “idea central” de su nuevo mandato será “devolverles la palabra” a través de referendos porque “hay muchos franceses que tienen la sensación de haber sido desposeídos del poder” y de que las decisiones se adoptan, “sin tomarles en cuenta, por las elites, los sindicatos, los partidos políticos”.
El lema “Francia fuerte”, elegido como eslogan de campaña, alude a la necesidad de hacer entender a la población que con un país fuerte “estará protegida”.
Sarkozy añadió que en ese hipotético segundo mandato el trabajo será otro de los valores centrales y señaló que la solidaridad se reservará “para quienes no pueden trabajar” y la formación o el empleo para quienes tienen la capacidad de hacerlo.
Ante las acusaciones de que afronta ese periodo escorado a la derecha, con propuestas adelantadas este fin de semana en una entrevista concedida a “Le Figaro” como una subida del impuesto sobre la renta para reducir las cargas patronales, alegó que reclama el apoyo de toda la población.
“Necesito a los franceses, no solo a los de derechas, también a los de izquierdas”, subrayó en esa entrevista, en la que explicó que, aunque la jefatura del Estado ha sido una labor “apasionante y extremadamente exigente”, tiene ganas de encontrarse con los ciudadanos “sin el peso del protocolo”.
Su puesta en escena como candidato fue sobria, pero irá acompañada de una ofensiva intensa, en la que, como aseguró este martes a miembros de la mayoría gobernante, se hará campaña de “lunes a domingo”, con numerosas propuestas que lleven a los socialistas a posicionarse.
De momento, este jueves se espera a Sarkozy en Annecy, el sábado inaugurará su “cuartel general” en el exclusivo distrito XV de la capital y acabará la semana el domingo con un gran mitin en Marsella.
Aunque hoy no desveló su equipo de cara a los comicios, la prensa asegura que estará dirigido por el diputado Guillaume Lambert, actual jefe de su gabinete, y que Emmanuelle Mignon figurará como ideóloga, un puesto que ya ocupó en 2007, mientras que la ministra de Ecología, Nathalie Kosciusko-Morizet, será su portavoz.
El periódico “Le Figaro” adelantó hoy que el momento “apoteósico” tendrá lugar el 11 de marzo con un mitin en Villepinte, al noreste de París, en el que espera reunir a entre 60.000 y 80.000 personas con el objetivo de “ridiculizar” la cifra de 25.000 que se congregó en torno a Hollande en enero en Le Bourget, en las afueras de la capital.
El anuncio de Sarkozy coincidió hoy con el segundo gran mitin del aspirante socialista, quien aseguró que ya “todo el mundo sabía que era candidato” y que ello “no cambia nada” la situación ni el enfoque de las propuestas socialistas.
EFE