Las familias mexicanas de menores recursos tuvieron que sacrificar el gasto de rubros indispensables como alimentos, salud y vivienda, por los menores recursos que tuvieron en 2010.
De acuerdo con la Encuesta Nacional Ingreso Gasto de los Hogares 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), mientras en 2008 las familias más pobres del país canalizaban 2.2 por ciento de su ingreso total a la salud, el año pasado apenas le destinaron 1.9 por ciento.
Para vivienda, los hogares más pobres gastaron 8.3 por ciento, mientras que dos años antes la proporción del gasto equivalía a 9 por ciento.
La proporción del gasto que destinaron a la adquisición del componente alimentos, bebidas y tabaco fue de 48.8 por ciento de su ingreso total, cuando en 2008 fue de 48.9 por ciento.
Mientras que las familias del primer decil de la población (10 por ciento con menores recursos) destinan casi la mitad de su ingreso en alimentos, bebidas y tabaco, el décimo decil (10 por ciento con más ingresos) sólo canaliza 22.4 por ciento para ese fin.
Otro rubro donde se marcó una diferencia fue el de educación y esparcimiento; de acuerdo con el INEGI, las familias de menores recursos apenas ocuparon en promedio 8.6 por ciento de su gasto para esos servicios, mientras que la población con más recursos ocupó en ello 20.3 por ciento de su ingreso total.
El transporte también marcó una diferencia, pues mientras la población del decil uno erogó 11.6 por ciento para ese rubro, las familias de mayor poder adquisitivo canalizaron para ese concepto 18.6 por ciento.
Milenio