“Donde hay educación no hay distinción de clases”.
Confucio
FILÓSOFO CHINO
Monterrey, Nuevo León.- La estrategia del Estado para retomar la rectoría de la educación en Oaxaca, reingresar al Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) y disminuir el dominio político-operativo de la disidente Sección 22 del SNTE, es también un enfrentamiento ideológico.
Aunque los discursos, los análisis, las opiniones y los debates se enfocan a describir el “golpe mediático”, las reacciones de la clase política, social y sindical locales o a elucubrar con el escarnio público de los “nominados”, se olvida que el origen del conflicto magisterial hace 35 años fue enfrentar al llamado “charrismo sindical” y su poder engendrador: el PRI-Gobierno”.
Una sola idea, democracia sindical, acompañada de conceptos como el “la lucha de clases”, el marxismo contra el capitalismo, los gobiernistas contra los opositores, los pobres contra los ricos, los capitalistas contra los proletariados, la derecha contra la izquierda, fueron doctrina dentro del movimiento magisterial.
Por eso, tres décadas y un lustro después, los maestros democráticos actualizaron su plan de acción ideología en el autollamado “Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca (PTEO)” donde su eje conceptual es la comunalidad, una organización político-popular de enfoque marxista, y su eje operativo, las escuelas donde el aprendiza parte de un modelo pedagógico ideológico del maestro y las experiencias de la comunidad.
Es decir, los intelectuales del magisterio disidente pretendían construir “una educación fundamentada en los principios filosóficos de la teoría social crítica y la pedagogía crítica” de los problemas sociales para establecer el vínculo escuela-comunidad que hiciera frente al modelo educativo basado en competencias, neoliberal, tecnocrático y globalizador.
De esta manera, un profesor estadunidense como Henry Giroux y un pedagogo brasileño como Paulo Reglus Neves Freire, sustituían de raíz a los educadores mexicanos como Justo Sierra Méndez, Jaime Torres Bodet y los oaxaqueños Abraham Castellanos, y José Vasconcelos Calderón, quienes veían en la educación el remedio para terminar con la ignorancia, la dominación y la explotación del hombre.
Especialista en análisis y estrategia política.
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