Aún cuando en los boletines se manejó como una “separación amistosa”, lo cierto es que la salida del partido “Nueva Alianza” (Panal) de la Alianza “Compromiso por México” viene a significar una ruptura entre el PRI de Pedro Joaquín Coldwell y la lideresa magisterial y dueña de la franquicia Elba Esther Gordillo. Con ello las complicaciones que desde semanas atrás se le acumularon a su Candidato Enrique Peña Nieto, hoy se incrementan, pues la alianza con el Panal representaban millones de votos que en una competencia tan cerrada como la que se proyecta para este 2012, pudieran significar el fiel de la balanza.
Recordemos que el pasado 17 de noviembre, aun bajo el liderazgo del cuestionado ex-gobernador de Coahuila, Humberto Moreira se anunció la Coalición “Compromiso por México” que integraba a los partidos Revolucionario Institucional, Verde Ecologista y Nueva Alianza. En su momento se festejó dicha unión, a pesar que con anterioridad Elba Esther Gordillo asegurara que apoyaría a Marcelo Ebrard de ser éste el candidato de la izquierda. Según lo trascendido entre las condiciones para firmar dicho convenio se estableció que el partido tricolor cedería a sus aliados las candidaturas en primera y segunda fórmula al Senado en los estados de Chiapas, Sinaloa, Puebla; Nayarit, Quintana Roo, Distrito Federal, Jalisco, Veracruz, Estado de México y Zacatecas. Lo que de inmediato generó la irritación y molestia de importantes cuadros priístas quienes se sintieron relegados y desplazados por los acuerdos cupulares. Los primeros reclamos hacia Humberto Moreira no se hicieron esperar. El acuerdo contemplaba hacer candidatos a personajes como Fernando González y Mónica Arriola, yerno e hija de la dirigente real del Panal.
Ante el efecto del “Moreirazo”, o sea el escándalo que generó el descubrir que el Gobierno de Humberto Moreira había contraído deuda pública por miles de millones de pesos con documentos falsos y ante las fuertes presiones de grupos políticos influyentes al interior del PRI, el ex gobernador coahuilense terminó presentando su renuncia. Lo anterior dio pauta a los reacomodos y a un supuesto equilibrio de fuerzas que permitió entre otras cosas la inclusión de cuadros que habían permanecido en el ostracismo. El arribo de Pedro Joaquín Coldwell, aún con una imagen de madurez y de respeto, representa el regreso del “nuevo viejo PRI” y con ello la incorporación de personajes como José Murat dentro del Comité Ejecutivo Nacional. La separación del Panal de la Alianza “Compromiso por México” y los nombramientos tanto en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, así como en el equipo de campaña de Enrique Peña Nieto, esto aunado a los tiempos del calendario electoral, han tenido sus efectos en Oaxaca. Lo que nos confirma una vez más que la política es algo donde concurren tiempo y circunstancias.
De entrada, quien parece que vuelve a tomar nuevos aires es la ex secretaria general de gobierno, Irma Piñeyro, quien de inmediato declaró que no ha cejado en su empeño de ser Gobernadora; sólo que clásico de los políticos, apunta para arriba para ver si aunque sea su tiro cae abajo, esto es, con la competencia en forma individual del Panal, las posibilidades de que Irma Piñeyro sea su candidata al Senado se incrementan, pues aún cuando compita por mayoría, sin duda que cabildeará intensamente para estar en una posición privilegiada en la lista plurinominal. La pregunta que surge es, ¿de ser así, a quién le restará votos en Oaxaca? Por eso es recomendable en política no pelearse con nadie, pues está demostrado que es como estar en la rueda de la fortuna, a veces se está abajo y a veces se está arriba.
Caso similar sucede con el –hasta el pasado día Jueves– Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Eviel Pérez Magaña, quien debido a su registro como aspirante al Senado que presentó el día sábado, tuvo que entregar su renuncia a la dirigencia, asumiendo estaturiamente la presidencia Carmelita Ricárdez, a quien muchos militantes no le conceden mucho tiempo en tal posición, sólo que quienes saben de los tejes y manejes del tricolor, le apuestan a que no dejará tal nombramiento hasta que no se le asegure su incorporación al Congreso y no precisamente al estatal donde es suplente de José Antonio Hernández Fraguas (aunque ha trascendido que José Antonio ya no se registra). Con esto se confirma que la política es de circunstancias.
Lo cierto es que hacia el interior del partido tricolor se desarrollará una intensa disputa por asumir el control del mismo, tal y como ha venido sucediendo durante los últimos meses. Por un lado una Presidenta de partido que sabe que la única forma en que pueden convencerla de que se mueva es asegurándole una curul. Por el otro, diversos actores que están a la espera de que esto suceda para entrarle al abordaje; grupos identificados con Ulises, Murat y hasta con otros más empezarán a agitar las aguas para pretender llevar agua a su molino y con ello la posibilidad de abrirse los espacios. Un escenario de ruptura y de divisionismo es más viable que la posibilidad de una convocatoria a la unidad. Suficiente con ver la interminable y “variada” lista de quienes han anunciado su interés por registrarse como aspirantes a la Senaduría.
Por lo pronto el arribo de un delegado que en diversas ocasiones ha estado en Oaxaca y que tiene una relación estrecha de amistad con colaboradores cercanos al Gobernador Gabino Cué, parece ser la mejor opción en estos momentos de duros jaloneos por las candidaturas. Habrá que esperar el discurso de Héctor Hugo Olivares para saber la línea que habrá de tirarle a su militancia y muy especialmente a quienes aspiran a ostentar el control y el poder del partido.
Tal y como se miran las cosas, el escenario para el PRI en Oaxaca parece no ser el más adecuado; lo que obliga a su vez a los demás partidos a hacer una revisión seria y meticulosa de quienes deben ser sus candidatos para asegurar que la transición hacia la democracia se consolide en nuestro estado.
Veremos y diremos.
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