Les voy a contar una historia que seguramente les parecerá increíble. Se trata de la tienda Aurrera de Santa Rosa. Aunque no lo crean, en ese lugar roban a los clientes que dejan sus cosas en paquetería.
El jueves de la semana pasada, a eso de las ocho de la noche, llegó a este lugar Rolando Jiménez López, a hacer sus compras. Antes, dejó en paquetería una mochila que contenía ropa. Se introdujo a Aurrera, y un rato después alguien le llamó por teléfono para decirle que ya había llegado al lugar y que afuera le entregaría otra mochila.
Rolando Jiménez, sale del establecimiento a recibir esa maleta y en seguida la va a depositar a paquetería. Rolando, le pide a la señorita encargada de ese lugar que la ponga junto a la otra, y le muestra su número de ficha. La señorita así lo hace, y Rolando se retira a seguir haciendo sus compras.
Luego de un rato, pasa a paquetería a recoger sus pertenencias, pero la señorita sólo le entrega una mochila, la que contiene ropa, no le devuelve la mochila que depositó la segunda vez, y donde Rolando llevaba sus herramientas de trabajo.
Jiménez López, es reportero, por lo tanto, llevaba en la segunda maleta una cámara, unos lentes para la misma, una grabadora, así como documentos personales de él y de su novia. Un pasaporte, tarjeta de débito, un dinero para pagar una colegiatura, entre otras cosas.
Después de que Rolando Jiménez, no recibe ninguna respuesta por parte de los encargados sobre su mochila, llama a la policía estatal quien se presenta, afortunadamente, 10 minutos después.
Cuando los elementos policiacos ya estaban en el lugar, el reportero solicita una entrevista con el gerente de Aurrera Santa Rosa, quien por cierto, nunca le quiso darle la cara. Quien le hizo un poco al cuento, fue la chica encargada de la seguridad de ese lugar.
La policía pidió se investigara a través de las imágenes de las cámaras de vigilancia. Hasta ese momento dio la cara el gerente, pero para amedrentar a la policía. Les dijo que salieran del lugar porque estaban en una propiedad privada, y que si no lo hacían los iba a demandar. A Rolando también, por hacer escándalo en una propiedad privada.
Un poco más tarde llegó el Agente del Ministerio Público de la sala tres, quien le aseguró al gerente que la tienda Aurrera de Santa Rosa, era un lugar público porque es un negocio de autoservicio, además, le dijo, que había un señalamiento directo a la encargada de paquetería, porque no había querido entregar una mochila. Hay que decir que esta señorita reconoció haber recibido las dos mochilas, pero nunca se dio cuenta qué pasó con la de los objetos de valor.
La encargada del área de paquetería se llama Gloria Candelaria, o Gloria Candela, conocida entre los trabajadores como La Cande. Así quedó registrada en la averiguación número 878 (S.M/III/I -2015).
No es el primer antecedente registrado en esta tienda. Los trabajadores de ese lugar están tan bien coordinados, que cuando pasa un suceso como el de Rolando Jiménez, todos los trabajadores esconden sus gafetes, y los afectados se ven imposibilitados para saber con qué persona deben de tratar o con quién están tratando.
Ojalá que este comentario sirva de alerta para todas aquellas personas que acostumbran hacer sus compras en Aurrera de Santa Rosa. Por favor, tengan mucho cuidado cuando vayan allí.
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