Mucha gente dice que con el simple hecho de de ver a alguien, sabe de qué condición económica o de qué clase social es. Unos dicen que se dan cuenta por la ropa. Otros que por la manera de caminar. Otros que por la mirada, y otros más que por los zapatos.
En realidad es muy difícil conocer, de acuerdo al signo exterior de la gente, cuál es su clase social o condición económica.
Por los tiempos que estamos viviendo no podemos hablar de conocer la riqueza de alguien en una simple mirada. Además, es muy difícil cruzarse con alguien por la calle que tenga una cochera en su casa con siete u ocho autos, yates en el caribe, un closet con cientos de pares de zapatos. No digo que no haya este tipo de ricos en el nuestro país, desde luego que los hay. El problema de éstos ha de ser en cómo ocultar esos signos de riqueza para que los secuestradores no pongan sus ojos sobre ellos.
Sería tonto preguntarle a alguien si le gustaría ser rico. Porque mucha gente sueña con llegar a ser ricos. Y si alcanzan la riqueza, es para mostrarla y apantallar a los cuates y al mundo que los mira.
Hay muchos ricos que han hecho su fortuna lavando dinero. Los narcotraficantes, por ejemplo, es posible que tengan mucho dinero pero, supongo, que no han de saber lo que es vivir con tranquilidad. Así que para qué tener tanto dinero. Hay otros medios para hacerse rico con honestidad. Bueno, aunque vivir con riqueza es muy difícil en estos tiempos. Vivir desahogadamente no es tan difícil. Ricos, ricos en este país son pocos, bien pocos.
Como que dentro de los ricos, quiero suponer, hay varios círculos: el de los ricos bienhabidos, el de los ricos sospechosos y el de los ricos que con todo el descaro del mundo anuncian a lo que se dedican.
Los ricos bien habidos seguirán exhibiendo tranquilamente sus signos de riqueza dizque para beneficio nuestro.
También se han encontrado signos de riqueza entre algunos funcionarios públicos oaxaqueños. El sexenio de Ulises Ruiz, fue creador de esos nuevos ricos, hoy perseguidos por la Interpol. Pero estos perseguidos se ríen de nuestras autoridades al pasearse en sus narices.
Ahora, el más rata de los ratas, Miguel Angel Ortega Habib, fue calificado por el ahora Senador del PRI: Eviel Pérez Magaña, como “el distinguido Ortega Habib”. Fíjense nada más con que ojos de amor veía o tal vez sigue viendo este senador a los ratas.
Y qué opinan de José Nelson Murat Casab, donde el New York Times, lo exhibe con la compra de varios departamentos en la zona más exclusiva, más cara de la ciudad de Nueva York. La compra de los mismos las hizo a través de empresas fantasmas.
Si alguien dice que estos políticos han hecho su lana a base de mucho esfuerzo, pues que nos pasen la receta para lograr obtener tanta lana dedicándose sólo la política, porque comerciantes no son ni lo han sido. Me gustaría platicar con alguno de esos exfuncionarios, con Murat, por ejemplo, para escribir un libro sobre cómo hacerse rico en seis lecciones, que es lo que duró su sexenio.
Seguramente, el libro será uno de los más vendidos, y por la revelación de su talento, tal vez, algún organismo les otorgue un premio por su aptitud administrativa y financiera que desarrolló en Oaxaca.
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