Tras meses de silencio, la campaña por el independentismo catalán regresó con fuerza.Desde febrero, el tema había quedado relegado después de que un referendo separatista fue anulado por cortes españolas.
Pero hace dos semanas, el Rey Felipe VI visitó Cataluña y se reunió con Presidente regional, Artur Mas. Al intentar discutir proyectos de Gobierno, Mas habló sólo sobre la iniciativa secesionista.
Y es que el separatismo catalán está a dos meses de jugar su carta más importante: utilizará las elecciones locales del próximo 27 de septiembre como una consulta plebiscitaria para hacer valer sus reivindicaciones.
Esto, frente al Rey y al Gobierno de Mariano Rajoy, que rechazan de plano cualquier demanda soberanista al declarar a España indivisible.
“No se trata de un rebrote del nacionalismo. Lo que se ha reforzado es la posición independentista”, señaló a REFORMA Ferrán Requejo, catedrático de la Universidad catalana Pompeu Fabra.
Para el politólogo, hay una falta de entendimiento entre el Gobierno regional y el nacional que se ha agravado desde 2010, cuando las autoridades centrales españolas calificaron de inconstitucional el estatuto de autonomía catalán.
“Pulverizó las perspectivas de que las instituciones catalanas tuvieran mayor autogobierno y, sobre todo, una mejor financiación. Esto radicalizó posturas en la sociedad catalana y generó incluso independentistas que lo son por razones fiscales o económicas”, agregó Requejo.
Para septiembre, los dos grandes partidos nacionalistas han creado una lista unitaria que se presentará a las elecciones como símbolo del independentismo catalán y que aglutina a políticos, líderes de movimientos cívicos y personalidades como el DT del Bayern, Pep Guardiola, que fue jugador y entrenador del Barcelona.
Con este variado coctel de candidatos, las fuerzas soberanistas pretenden conseguir la mayoría absoluta en los comicios autonómicos para demostrar que sus aspiraciones cuentan con un amplio respaldo popular, lo que legitima su apuesta por la secesión.
Con el lema “Junts pel sí” (Juntos por el sí), los promotores de la lista unitaria pretenden recabar el 27 de septiembre el mayor respaldo posible para demostrar que la opción soberanista es mayoritaria en Cataluña.
La planilla única es encabezada por Raúl Romeva, un economista de izquierdas y ex profesor de lambada. Fue pactada por el partido de la derecha nacionalista Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), con Mas a la cabeza, y la izquierdista Esquerra Republicana de Cataluña (ERC).
Ambos partidos mayoritarios en Cataluña establecieron un periodo de ocho meses tras las elecciones para forzar una declaración unilateral de independencia, siempre y cuando obtengan una victoria contundente.
El nuevo desafío de los soberanistas tiene lugar luego de que el Gobierno de Rajoy haya reiterado por enésima vez su negativa a entablar negociaciones con el nacionalismo que reclama la celebración de una consulta popular para que Cataluña decida en las urnas su futuro político.
Por su parte, el Presidente catalán ha advertido que si no gana la opción independentista, Cataluña caerá en una vía muerta.
“En Madrid nos pasarán por encima sin misericordia”, alertó Mas para reclamar el voto a la candidatura soberanista en la que figura en cuarta posición, después de tres líderes surgidos de movimientos civiles.
Los partidos “españolistas”: PP, Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Ciudadanos que rechazan la autodeterminación, representan una minoría en Cataluña.
Por el contrario, en la región son mayoritarias las fuerzas independentistas y las formaciones como Podemos que, sin apoyar la secesión, defienden el derecho de los catalanes a decidir su futuro en las urnas.
Por lo que los últimos meses de 2015 serán de clarificación electoral tanto en Cataluña, donde en septiembre se revelará el apoyo al independentismo, como en España, donde previsiblemente se celebrarán elecciones generales el próximo noviembre.
“A partir de 2016 se abren varios escenarios, pero si no hay una solución intermedia el problema va a seguir porque tiene una raíces muy hondas. O hay un Gobierno español que se tome en serio a Cataluña y negocie que se haga un referéndum de autodeterminación y que el autogobierno mejore, o vamos a tener un problema enquistado durante muchos años”, concluyó Requejo, el Catedrático de la universidad Pompeu Fabra.