* El profundo vacío informativo que deja la falta de cercanía del mandatario estatal con los medios de comunicación locales, no así con los de la Ciudad de México, impide conocer causas, razones y motivos de muchas de sus decisiones.
* Por falta de visión, sensibilidad y desconocimiento de la realidad oaxaqueña faltó a quien sugirió el reto “40 días por Oaxaca” amarrar su lanzamiento con los ministros de las Iglesias católica y cristianas, para garantizar su éxito total.
A partir que el soplo de vida es la energía, salvo mejor opinión, convencidos estamos que ciencia y religión van de la mano, muchas veces corren por vías paralelas y en otras ocasiones se entrecruzan como energía o como alma o espíritu.
El reto lanzado por el gobernador Alejandro Murat “40 días por Oaxaca”, para usar cubrebocas de manera correcta y permanente en espacios públicos y al interactuar con otras personas, obliga a reflexionar sobre esta decisión sanitaria.
El profundo vacío informativo que deja la falta de cercanía del mandatario estatal con los medios de comunicación locales, no así con los de la Ciudad de México, impide conocer las causas, razones y motivos de varias de sus decisiones.
Ignoramos, por tanto, quién haya sugerido al gobernante lanzar el reto “40 días por Oaxaca”. Comunicacionalmente se inscribe atinadamente en la dinámica del reciente reto que llevó a la Tlayuda a ganar el primer lugar en Latinoamérica.
Evidentemente, es un acierto politológico considerando que Alejandro Murat Hinojosa gobierna una entidad federativa en la que el 85 por ciento de los más de cuatro millones de habitantes se adscribe como creyentes católicos y cristianos.
Bajo esta perspectiva no es nada casual y sí causal lanzar el reto sanitario por el COVID-19 “40 días por Oaxaca”. De entrada, el número 40 aparece registrado en más de cien ocasiones en la Biblia y en momentos más que claves:Por falta de visión, sensibilidad y desconocimiento de la realidad oaxaqueña faltó a quien sugirió el reto “40 días por Oaxaca” amarrar su lanzamiento con los ministros de las Iglesias católica y cristianas, para garantizar su éxito total.
– Cuando Dios envió el diluvio, «cuarenta días y cuarenta noches estuvo lloviendo sobre la tierra» (Génesis 7,12)
Isaac tenía 40 años cuando se casó con Rebeca (Génesis 25,20). También Esaú cuando contrajo matrimonio con Judit.
– Moisés guió al pueblo de Israel durante 40 años por el desierto hasta la Tierra Prometida y pasó 40 días de oración en el monte Sinaí antes de recibir las Tablas de la Ley. Vivió 120 años: 40 en Egipto, 40 como pastor y 40 por el desierto.
– Los 12 espías de Israel exploraron la tierra de Canaán durante 40 días (Num 13, 25) David reinó 40 años (1Re 2,11), el mismo tiempo que su antecesor Saúl (Hch 13, 21) y que su hijo Salomón (1Rey 11, 42).
– Los que cometían un exceso y eran castigados no debían recibir «en ningún caso» más de cuarenta azotes «para evitar que aquel compatriota sufra un castigo demasiado duro y se sienta humillado», según el Antiguo Testamento (Dt 25,3).
– Goliat desafió a los israelitas por 40 días (1 Sam 17,16) hasta que fue vencido por David. El profeta Elías pasó 40 días en ayunas en el desierto hasta encontrarse con Dios en el monte Horeb (1Re 19,8) Jonás anunció que Nínive sería destruida a los 40 días (Jon 3,4).
-Jesús fue presentado en el Templo a los 40 días de su nacimiento (Lc 2, 22) como mandaba la Ley (Lv 12) Jesús pasó 40 días en el desierto (Mt 4,2) y tras su crucifixión, se apareció a sus discípulos tras 40 días (Hch 1,3) antes de la Transfiguración.
Es, por tanto, un hecho evidente el tener en cuenta el sentido del número 40 que se halla en la base del Antiguo y del Nuevo Testamento. No se trata de un simbolismo secundario, sino constitutivo, afirman investigadores de la Biblia.
Aunque no se la considera ya disciplina matemática, la numerología como conjunto de creencias o tradiciones milenarias pretende establecer una relación oculta entre los números, los seres vivos y las fuerzas físicas o espirituales.
Pitágoras desarrolló el método de relación entre los planetas y su «vibración numérica». Afirmó que las palabras tienen un sonido que vibra con la frecuencia de los números como parte de la armonía del universo y las leyes de la naturaleza.
Según los que la practican, la numerología es la disciplina que pretende investigar la «vibración secreta» de ese código y enseñan a utilizar los números en su beneficio, por medio del estudio de su influencia sobre personas y animales.
El gobernador dio a conocer que, de acuerdo con el Consejo de Salubridad Federal, Oaxaca regresa a semáforo naranja, lo que indica una evolución estable de la pandemia en el estado, pero no garantiza aplanar la curva ni menos domarla.
En un mensaje a las oaxaqueñas y oaxaqueños reconoció a las regiones del Istmo de Tehuantepec y de la Cuenca del Papaloapan la responsabilidad y disciplina con la que han enfrentado al COVID-19 para reducir el número de contagios.
El color naranja en el semáforo epidemiológico permite, además de realizar las actividades económicas esenciales, que las empresas con actividades no esenciales trabajen con el 30 por ciento del personal para su funcionamiento.
Además avanzar en Oaxaca del color rojo a naranja permite que la ocupación hotelera podrá ser del 50% y los restaurantes podrán dar servicio a la mitad de su capacidad con medidas de sana distancia, entre otras actividades.
El pasado 26 de julio, Murat convocó a las y los habitantes de ambas regiones a un aislamiento total y voluntario, luego que se diera a conocer por las autoridades federales un alza considerable en los contagios y defunciones por COVID-19.
El objetivo del reto “40 días por Oaxaca” es usar cubrebocas de manera permanente y aplicar las medidas de higiene y prevención como el lavado frecuente de manos, el distanciamiento social y, de ser posible, quedarse en casa.
“Estoy seguro, dijo, que si lo tomamos con la seriedad que lo que está en juego es nuestra vida y la de nuestros seres queridos, pronto recuperaremos la normalidad que estoy convencido todas las oaxaqueñas y oaxaqueños queremos”.
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