Respuestas al estancamiento económico mexicano: Isaac Leobardo Sánchez Juárez*

Print Friendly, PDF & Email

La semana pasada, la editorial de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez me entregó los primeros ejemplares de mi nuevo libro, denominado: “Insuficiencia dinámica manufacturera y estancamiento económico en México, 1982-2010. Análisis y recomendaciones de política”, el cual tiene por objetivo estudiar las razones detrás del pobre desempeño de la economía mexicana. Dicha obra es resultado de por lo menos dos años de investigación y reflexión. Aunado a un proceso de consulta de las ideas de los más importantes economistas nacionales e internacionales, a quienes agradezco su colaboración y reconozco en el texto.

 

En el libro se ofrece una explicación rigurosa y seria de la problemática del estancamiento económico mexicano, pero más importante que eso, se presentan propuestas de política económica que pueden ayudar a solucionar el problema y con ello elevar el bienestar de los mexicanos. En un periodo electoral como el que vivimos, es un material que recomiendo ampliamente a todos, especialmente a los políticos en campaña.

La hipótesis básica que sostengo –demostrada parcialmente, ya que no existen absolutos en la ciencia económica–, es que la relativa desindustrialización y la falta de dinamismo del sector industrial manufacturero explican las mediocres tasas de crecimiento económico del país. Entre 1940 y 1970, cuando el Estado promovió activamente el desarrollo industrial, las tasas de crecimiento fueron realmente buenas, pero se cometieron excesos y debido a ello se abandonó dicha estrategia. Entre 1970 y 1982 se vivió una etapa de transición, de múltiples inestabilidades y desequilibrios. Finalmente, a mediados de los ochenta, el modelo es sustituido por uno que favorece el mercado, lo que era necesario, pero se descuidó el fomento de la planta productiva, principalmente las manufacturas no maquiladoras. Básicamente se pulverizó la política industrial, cuando la experiencia indicaba que ésta estaba detrás del éxito de países de desarrollo reciente.

Treinta años después de iniciados los cambios, el resultado es un país estancado, que prácticamente no crece y cuando lo hace no logra repartir el progreso de manera equilibrada entre cada una de sus regiones y sus habitantes. Entre 1982 y el 2010, la tasa de crecimiento promedio anual del PIB per cápita fue de 0.4%; en promedio se han creado 400 mil empleos anuales, cuando se tiene una exigencia de más de un millón cada año y en la lista de pobres se encuentran poco más de 52 millones de personas.

Debo advertirle que, debido a las limitaciones del método científico, únicamente me concentré en un grupo de factores, dejando de lado otros que también explican el problema, como son: la corrupción, la debilidad institucional, la ausencia de un Estado de derecho, la débil aplicación de los contratos y el respeto de los derechos de propiedad, así como la baja tasa de inversión, particularmente pública.

Ante este terrible escenario, ¿qué hacer para crecer? En el libro dedico un capítulo completo a los cambios que son necesarios para revertir la debacle –por cierto, debo aclararle que mi pensamiento no es estático y en este momento estoy incorporando nuevos elementos para entregar a los lectores y a las autoridades una propuesta mucho más completa. De manera sintética y sin rodeos, le informo que mi propuesta consiste en re-industrializar el país, fomentar las industrias manufactureras, particularmente las de mayor contenido y progreso tecnológico (biotecnología, nanotecnología, aeronáutica, automotriz, software, etcétera), hacerlo en serio y como parte de una estrategia nacional bien definida, en donde se respete la importancia de la libertad económica y se reconozca la necesidad de una intervención estatal selectiva y eficiente.

Como lo señalo en el libro, superar el estancamiento económico en México requiere de una nueva política industrial que tenga como objetivo central elevar la tasa de crecimiento del PIB manufacturero. Su diseño debe privilegiar el enfoque desde dentro y centrarse en tres dimensiones: externa (exportaciones), interna (incremento del poder adquisitivo) y endógena (incorporación de conocimiento científico, creatividad e innovación). Adicional a esto, es urgente una política macroeconómica congruente con este objetivo, y de políticas sectoriales y regionales pertinentes. 

Como autor, le recomiendo ampliamente el libro, le comento que se presentará oficialmente en el mes de mayo en Ciudad Juárez, a partir de esa fecha podrá adquirirlo en las principales librerías del país, por lo pronto, desde ahora puede adquirirlo en mi página oficial. Estaré sumamente agradecido con su lectura y difusión por un México pacífico, democrático y competitivo.

Caída de una parte de la lona del auditorio Guelaguetza…

Este asunto me parece semejante al de la famosa “Estela de corrupción” en la ciudad de México (obra pésimamente realizada y definitivamente innecesaria). Confío que se analice bien el caso y se finquen responsabilidades. Por pronto, independientemente de las respuestas de nuestras autoridades, definitivamente no iré a las fiestas de julio en el recinto, no vaya ser la de malas y se desprenda la estructura en pleno festejo [sic]. La caída parcial de la lona gigante del auditorio Guelaguetza en Oaxaca es una estrella más de nuestro México corrupto.

Si lo deseas puedes suscribirte a mi página:

www.tiempoeconomico.com.mx

* Profesor en economía de la UACJ, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI)