Responsabilidad compartida: Augusto Cupertino Rubi Lei

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LO QUE SIGUE 1

Desde algún lugar de la Patria.

Después de 18 años en la Política, he descubierto y aprendido que efectivamente quienes hacen esa “política” en este país, en su mayoría son personas con poca capacidad, poco talento, carentes de ética y moral, sin embargo hay las tan mencionadas honrosas excepciones. Más allá de provocar desencanto y desesperanza (más de la que ya hay) quiero que sepan que cualquier cambio o intento que haga la ciudadanía para cambiar, será válido siempre que no se pierda el rumbo.

Porque difícil es hacer que las cosas se transformen, más cuando nos han acostumbrado a que eso sucedía por dádivas, compadrazgos y obscuros contubernios, tenemos que incrementar ante la crisis que estamos viviendo, nuestra creatividad, nuestra empatía, nuestro amor a la Patria, para no solo aceptar que tenemos una responsabilidad propia y de familia frente a los problemas públicos, sino para crear entre la diversidad de actores que existimos, otras realidades.

Salté al escenario de la política para sacar lo mejor de mí y de quienes estén dispuestos a dar algo de sí mismos para cambiar, si no del todo, al menos de la queja eterna que en poco abona a lo que necesitamos, sin embargo, cuando salté a ese torbellino, no imaginé que algo tendría que dar, que ese algo que se está dispuesto a dar, sea la tan preciada LIBERTAD.

Aprendí que el escenario adverso del ambiente de la política perversa, ensimismada en intereses que no pertenecen a las comunidades, con personas indeseables pero acomodadas al sistema, arropados por la mafia del poder; que a pesar de todo eso, siempre hay personas que te encuentras y que son brújula de otros mundos posibles en la política de lo que es correcto.

Así pues, recordando a cada una de esas personas que desde hace años me acompañan en las causas que defiendo, o bien en las que soy aliado, esos ciudadanos y ciudadanas sin miedo, son los que realmente valen la pena, para pensar que podemos construir en todo momento bajo cualquier circunstancia nuevas realidades. Porque de eso se trata, de sumar, de contribuir, de crear. Es algo que debe ir marcando el ritmo del futuro de la política, porque aquella que se hace en lo obscurito, sin compromisos con la sociedad, debería ser solo referente de nuestro pasado.

El hecho histórico de cambiar de Gobierno y de Régimen, de cambiar a la mayoría de personas que nos representan en los poderes (hace falta cambiar el Poder Judicial) no es algo menor y no está demás insistir que sin la participación activa de nosotros, esto tiene pocas posibilidades de hacer el cambio radical que tanto esperamos a corto plazo.

Por eso es trascendental que no nos limitemos a pensar que el voto ha sido suficiente, este es el momento para comenzar a involucrarse, no solamente exigiendo, sino también colaborando, haciendo agendas, foros, asambleas en los municipios de usos y costumbres (hoy sistemas normativos internos) asociaciones vecinales, fundaciones y todo lo posible e imaginable para juntar esfuerzos. Esto no es más que una responsabilidad compartida para seguir contribuyendo en lo que se puede, si cada uno de nosotros lo hacemos así, acortaremos el tiempo para hacer realidad los sueños.

Esta carta abierta es una invitación a que ustedes también sumen su compromiso con nuestra Patria Mexicana, que por igual este 1° de diciembre hicieron sus propios juramentos de estar al pendiente de lo que va a suceder en la política, de ser Observadores Activos, y no dejar ni permitir que se trastoque lo público que es sagrado, que para variar ya vamos muy tarde en muchos asuntos. Podemos dejar a un lado la apatía para darle la bienvenida, no a un “nuevo gobierno” pero si a una NUEVA FORMA en que la ciudadanía no va a dejar ni a soltar a sus políticos, “porque si así no lo hiciéramos nosotros, que la Patria nos lo demande2

Augusto Cupertino Rubi Lei:.