China lucha contra un vertido incontrolado de mil 500 toneladas de petróleo, causado por un escape en dos oleoductos y que ha creado una mancha que ocupa una superficie de casi 100 kilómetros cuadrados cerca de las costas de Dalian, al noreste de país.
Más de una veintena de barcos que trabajan en la extracción del crudo han podido retirar de momento medio centenar de toneladas y además se han desplegado siete kilómetros de redes y corcheras para cercar el vertido, según informó hoy el periódico oficial “Diario del Pueblo”.
Un bombero que trabajaba en las labores de limpieza quedo atrapado en medio del crudo, fue rescatado por uno de sus compañeros.
La mancha se sitúa en la superficie de la zona en la que confluyen el mar de Bohai y el mar Amarillo, que separan China de la península de Corea.
Sin embargo, los expertos temen que la contaminación se extienda más. El departamento de Protección Medioambiental de Dalian ha colocado una treintena de recolectores de muestras para verificar que la contaminación no se expanda.
La marea negra procede del incendio que afectó a dos oleoductos propiedad del gigante estatal China National Petroleum Corp. (CNPC) y el puerto de mercancías Xingang en Dalian, aunque no provocó daños personales.
Según las primeras investigaciones, el pasado viernes se registró una explosión en un oleoducto cercano al puerto, cuyas llamas se propagaron a otra tubería que transcurre paralela a la primera y causaron al menos otras cinco pequeñas detonaciones.
El puerto de Dalian informó en un comunicado de que los daños en la infraestructura marítima son muy limitados, aunque las operaciones en los muelles dedicadas al crudo permanecen cerradas.
El accidente se desencadenó justo después de que abandonase el recinto un petrolero con bandera liberiana que descargó a través de los mencionados conductos un total de 300.000 toneladas de crudo.
Las autoridades chinas han bloqueado el buque para investigarlo, aunque descartan que éste sea la causa directa de la marea negra.
La contaminación preocupa a la dirección comunista, como demuestra el hecho de que tanto el presidente, Hu Jintao, como el primer ministro, Wen Jiabao, dieron orden directa de investigar el accidente.
“Se formó un equipo de investigación el domingo por la mañana para analizar la explosión, pero la causa todavía no ha sido determinada”, indicó Sun Benqiang, subdirector del Buró municipal de Seguridad Laboral de Dalian.
Sin embargo, otros medios chinos apuntan que una operación “inadecuada” de trasvase del crudo desde el barco a tierra aparece como la razón más probable del desastre.
Por su parte, la petrolera CNPC prometió “hacer todo lo posible” para reducir el impacto del vertido, aseguró que las válvulas de los oleoductos fueron cerradas y que ya no se registran escapes.
Dalian es una importante ciudad costera del noreste de China, con más de seis millones de habitantes, y cuenta con el segundo mayor puerto de mercancías del gigante asiático.
Los vertidos de petróleo, aunque de pequeño volumen, son recurrentes en el país asiático: este mismo año se han producido al menos dos incidentes similares.
En mayo, la rotura de un oleoducto de la petrolera estatal china Sinopec arrojó 240 toneladas de petróleo en campos de cultivo y carreteras de la costera provincia oriental de Shandong.
En el mes de enero, un escape en un oleoducto también propiedad de CNPC contaminó 33 kilómetros del río Wei, en la provincia noroccidental china de Shaanxi.
China es uno de los países más contaminados del mundo debido a una veloz industrialización que ha convertido al país asiático en la tercera potencia económica en menos de tres décadas.
Según datos no actualizados del Ministerio de Medio Ambiente, un 20 por ciento del agua de los ríos chinos no es apta para consumo humano, y el 60 por ciento de sus costas marinas están también contaminadas.
La Administración Estatal Oceánica (AEO) divulgó el año pasado que la polución llegaba a casi todo el litoral chino, con un 83 por ciento de las costas afectadas.