México es un país que tiene diversos problemas, eso usted lo sabe bien, quizás, uno de los más graves es el relacionado con la baja productividad (capacidad para hacer más con menos). Debido a lo anterior, nuestros niveles de vida no han convergido con los prevalecientes en países desarrollados. Elevar la productividad es uno de los principales retos que enfrentamos. En los últimos veinte años el PIB per cápita creció 1.2%, cifra inferior al promedio de América Latina que fue 1.5%, respecto a los países en desarrollo del Este de Asia y del Pacífico la distancia es mayor, ya que en éstos el crecimiento fue 7.3%. El pobre crecimiento del PIB per cápita mexicano es reflejo de la baja productividad.
De acuerdo con el Estudio económico de la OCDE para México 2011, elevar la productividad implica comprometerse con una estrategia de amplio alcance que incluya reformas en diferentes áreas. Un primer componente de dicha estrategia consiste en generar una competencia más intensa en los mercados de productos a través de la aplicación de la ley en la materia y una regulación prudente que asegure a los mexicanos emprendedores acceso a los mercados a costos razonables. Un segundo componente es la reducción de los costos para que las empresas operen en el sector formal, de especial importancia es la reducción de la carga regulatoria y tributaria. Reducir las cargas alienta el crecimiento de la formalidad e inhibe su némesis la informalidad.
Un tercer componente, el más complicado de alcanzar, supone contar con un sistema de educación y capacitación más eficaz que permita a los individuos desarrollar todo su potencial y con ello elevar su productividad. Relacionado con este componente se encuentra el cambio de actitud, es necesario concientizar a todos los agentes de la importancia que tiene elevar la productividad, ya que existe una lógica de comportamiento sumamente arraigada que conduce a realizar un mínimo esfuerzo e incluso ver el trabajo como un mal.
En todos los componentes se han presentado avances, pero como lo muestran las cifras apuntadas en el inicio, han sido insuficientes –y sumamente lentos. Se tiene que trabajar con mayor firmeza para lograr contar con un sistema económico competitivo, eficientemente regulado, un sistema educativo de calidad en todos los niveles y actores económicos con tendencia a la productividad y el esfuerzo. Poner en marcha una estrategia de gran alcance cuya meta sea elevar la productividad en México.
Teniendo en cuenta lo mencionado, en lo que sigue me concentro en la reducción de costos para las empresas del sector formal a través de una menor y mejor regulación. De acuerdo con el Banco Mundial, en su publicación Doing Business 2012, las empresas del país siguen sujetas múltiples restricciones (costos). De 183 naciones México ocupa la posición 53 en facilidad global para hacer negocios. Dicho índice se desagrega en 10 componentes: 1) respecto a abrir un negocio ocupa la posición 75; 2) 43 en cuanto al manejo de permisos de construcción; 3) 142 en obtención de electricidad; 4) 140 en registros de propiedades; 5) 40 en obtención de crédito; 6) 46 en protección de inversionistas; 7) 109 en pago de impuestos; 8) 59 en comercio transfronterizo; 9) 81 en cumplimiento de contratos; y 10) 24 en resolución de insolvencia.
En el informe se menciona que México subió una posición respecto a 2011, algo muy bueno, ya que es a través de una menor y mejor regulación como puede lograrse un sano funcionamiento de las empresas formales y desalentar la informalidad. En el país existe un sector informal bastante grande y ello es el resultado de un mundo lleno de regulaciones y cargas tributarias excesivas. Cerca del 30% del empleo en México estaba en el sector informal en 2005 (Fuente: INEGI).
Como se expresó, los tres rubros en los que el país está bastante mal son: obtener electricidad, registrar propiedades y pagar impuestos. Respecto al primero, toma 7 procedimientos y 114 días en promedio para las empresas obtener acceso a este recurso. El registro de propiedades toma 7 procedimientos, 74 días y los trámites tienen un costo promedio de 5.3% del valor de la propiedad. Pagar impuestos implica 6 obligaciones al año, 347 horas por año y la tasa de impuestos total como porcentaje de la ganancia es de 52.7.
A nivel federal se están haciendo cambios para revertir esta situación y apoyar a las empresas en el sector formal, pero a nivel estatal y municipal siguen existiendo muchas restricciones. Hace falta mucho por hacer, se necesita coordinación en todos los niveles de gobierno y un compromiso sincero por tener menores y mejores regulaciones.
Tener un mejor sistema regulatorio implica menores costos para las empresas y ello les permite aumentar su productividad y también desalentar el explosivo crecimiento de la economía informal. La tarea no es sencilla, ya que muchas personas (políticos y tomadores de decisiones públicos) siguen creyendo que es necesario tener una mayor intervención y por ende más regulaciones, cuando lo que se requiere es todo lo contrario, sino me cree pregúntele a cualquier empresario.
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* Profesor en economía de la UACJ, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI)