A medida que Huajuapan se aproxima al final de su trienio municipal, se percibe un incremento de ciudadanos que parecen haber perdido la capacidad de asombro e indignación frente a la impunidad y el cinismo del presidente Luis Martínez Sánchez. Este individuo parece no tener reparos en mentir, engañar y, sobre todo, promover la corrupción sin importar el costo.
Los habitantes de Huajuapan parecen aceptar esta situación con resignación, ya que de alguna manera se sienten cómodos frente a un gobernante que ha convertido todo lo que se cruza en su camino en una oportunidad para llenar sus bolsillos. Además de haber destruido la forma en que funciona el gobierno municipal.
Esto es una enfermedad que se llama “cobardía municipal”. Los síntomas se manifiestan en la sumisión, la indignidad, la simulación y, sobre todo, la incapacidad para pensar y oponerse a todo lo que les dicta el peor presidente que ha tenido la ciudad de Huajuapan.
Lo más lamentable de esta situación es que muchos miembros del cabildo también han caído en la nefasta “cobardía municipal”, y estos, a su vez, han contagiado a: políticos, directores, trabajadores, sindicalizados, entre otros. Todo por permitir que su pensamiento propio sea modificado por la sumisión e incondicionalidad a un solo hombre: Luis Martínez Sánchez.
Ningún miembro del cabildo tiene el valor de enfrentar a Martínez Sánchez y decirle que con sus mentiras y ocultamientos ha acumulado una fortuna que no le pertenece, ya que está sustrayendo lo que le corresponde a la ciudadanía. Por esta razón, es considerado el peor gobierno en la historia de Huajuapan.
Nadie tiene el coraje, la convicción ni la libertad para pedirle que se detenga. No tienen valor porque se sienten comprados al haber recibido unos cuantos boletos para el concierto de Julión.
En un comentario anterior mencioné que este señor jamás debió haber realizado ese espectáculo debido a un conflicto de intereses.
Sin embargo, analicemos la situación por partes: el presidente de Huajuapan crea un nombre ficticio con el que solicita permiso para realizar un “evento de activación de música en vivo”. Así se lee en el permiso otorgado por Edgar Pablo Garzón Morales, coordinador de comercio, espectáculos y regulación de bebidas alcohólicas del ayuntamiento. Este funcionario, sin más, se inclina ante las órdenes del presidente y autoriza el permiso de inmediato. La solicitud se presenta el 14 de julio, y horas después se concede el capricho del presidente. Si tomamos en cuenta la velocidad de respuesta frente a otras solicitudes, estas tardan semanas.
Probablemente Martín Téllez Pastrana sea una figura muy influyente y respetada por el presidente para haber podido eliminar todo obstáculo y realizar el evento de Julión Álvarez unas horas más tarde.
Ante la urgencia del tiempo, la Comisión de Hacienda del ayuntamiento también se pone a trabajar y emite un dictamen después de un “estudio profundo” y toma una decisión, otorgándole al sujeto de nombre Martín Téllez Pastrana “la condonación del pago del 100% del impuesto por la realización del espectáculo público”, solo porque “será en beneficio de los habitantes del municipio […] lo que generará mayor derrama económica…”.
Así estuvo. Le perdonaron los impuestos al presidente municipal bajo el disfraz de Martín Téllez Pastrana. Esto es peor que una mentada de madre frente a los expositores que, tras un gran esfuerzo, adquirieron un espacio para comercializar sus productos en la feria, la cual resultó ser un fracaso rotundo. Los asistentes sólo acudían para disfrutar del espectáculo musical y se retiraban inmediatamente después debido a la creciente inseguridad que afecta a la población.
Sin embargo, el dictamen y resolutivo de la Comisión de Hacienda solo lleva la firma del presidente, del síndico Hugo Guerrero y del tesorero municipal, a pesar de que este último no debería intervenir en este asunto. Leticia Méndez, la síndica hacendaria, y Aderith Martínez, la regidora de hacienda, no firmaron el documento. Esto viola la seriedad del compromiso para condonar el 100% del pago de impuestos.
Es probable que la síndica y la regidora no hayan firmado debido a su desacuerdo con el presidente, tal como fue publicado este domingo en la columna semanal “Lavadero Político”.
El presidente pensó que estaba a punto de realizar el primer negocio de su vida (ya que nunca ha trabajado), al grado que empezó a contar el número de hoteles y habitaciones disponibles en la ciudad. Según sus cuentas alegres, Huajuapan no tendría la capacidad de alojar a las miles y miles de personas que asistirían al espectáculo de Julión.
Para no parecer demasiado codicioso, invitó a amigos, conocidos y empresarios para que también obtuvieran una porción del pastel. Solicitó 100 mil por cabeza, con la promesa de que, si las cosas iban mal, se les devolvería la misma cantidad. En caso de éxito, se llevarían los 100 mil y una ganancia adicional. Según me informaron, el único ambicioso que le entró a este negocio, fue el síndico municipal Hugo Guerrero Sánchez.
Ante su fracaso como empresario, es probable que el presidente elija continuar abusando del dinero del pueblo, ya que parece que es lo único que se le facilita.
Ojalá alguien de su círculo cercano se atreva a decirle la verdad, aunque lo dudo, ya que todos ellos son serviles y sumisos, y se han convertido en autómatas que solo responden al limitado lenguaje de este señor.
¡Cuidado, porque quiere reelegirse en el cargo!