Reformas para un México próspero: Isaac Leobardo Sánchez Juárez*

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Gran polémica desató el video que circula en línea: “Niños incómodos exigen a candidatos”, realizado por la organización “Nuestro México del Futuro”. En dicho video se exhibe la realidad criminal de algunas zonas mexicanas, se revela la creciente violencia e inseguridad y utiliza a menores de edad para destacar la importancia que tiene el que los candidatos a la presidencia, políticos de toda índole y funcionarios organicen las soluciones del problema. Desde mi perspectiva el video no debería de molestar a nadie y ocupar a los responsables para que las cosas no sigan exactamente igual o peor que lo que se transmite en ese material audiovisual. La molestia por parte de los políticos, me parece, es una señal de que ellos viven otra realidad y poco les preocupa lo que ocurre y muchos menos desean cambiar las cosas.

 

¡Triste panorama el mexicano!, tratando de modificarlo, Claudio Loser y Harinder Kohli ambos respaldados por el Centennial Group, Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, Instituto Mexicano para la Competitividad y México Evalúa publicaron a principios de este 2012 el libro: “Futuro para todos. Acciones inmediatas para México”. El libro tiene como propósito generar un rumbo claro y deseable para el país. Su propuesta permite trazar una hoja de ruta que despierta el hambre de cambio y la ambición colectiva de mejora, se une al llamado que muchos autores estamos haciendo para evitar que el México del futuro sea la repetición del pasado y evitar un gris escenario de carencias, limitaciones, pobreza y desigualdad.

El libro basa sus propuestas en un diagnóstico muy somero, explicado en términos que son accesibles para lectores no especializados en las ciencias sociales, particularmente la economía. De acuerdo con Héctor Aguilar Camín (autor del prólogo), el diagnóstico se construye sobre cinco ejes estratégicos: 1) La necesidad de una economía altamente competitiva basada en la calidad de su capital humano, con acceso a fuentes de energía de precios competitivos y con saltos históricos tanto en la generación de infraestructura como en la inversión y el financiamiento del desarrollo; 2) reducción de la desigualdad y aumento de la inclusión en todos los órdenes, del acceso a la educación, al acceso a la formalidad laboral y los derechos asociados a ella; 3) aumento de la competitividad en el entorno de negocios, mediante la reducción de prácticas monopólicas y el establecimiento de reglas de acceso libre a los mercados; 4) estabilidad macroeconómica y fortalecimiento de las finanzas públicas mediante reformas fiscales; y 5) fortalecimiento del Estado de Derecho, única garantía de previsibilidad de las reglas en una democracia.  

Como parte del diagnóstico, los autores consideran que México se encuentra en una “trampa de los ingresos medios”; es decir, ya se tiene un nivel de desarrollo suficiente para que los salarios sean altos y dejen de ser una ventaja competitiva frente a otros países, pero al mismo tiempo no es un país suficientemente desarrollado para tener una mano de obra cara cuya productividad la haga rentable, pese a su costo, en el mercado mundial.

En el libro se hace un llamado para dejar atrás el “nacionalismo revolucionario”, cuya herencia incluye tradiciones que apenas pueden desafiarse: estatismo energético, límites a la propiedad de la tierra, sindicalismo improductivo, ilegalidad consentida, nacionalismo defensivo, dirigismo estatal y patrimonialismo burocrático, nombre rimbombante de la corrupción de todos los tiempos. 

Los autores del libro sugieren que independientemente de quien llegue a la presidencia de México, se ponga a trabajar en lo inmediato en las siguientes acciones de forma integral:

· Promulgar reformas fundamentales en educación para mejorar su calidad en todos lo niveles, con objetivo de crear una fuerza laboral de clase mundial que conduzca tanto al fortalecimiento de la competitividad de México a largo plazo como a la creación de una sociedad más incluyente.

· Adoptar un programa para recuperar el rol de las universidades como un recurso de desarrollo tecnológico e innovación, en cooperación con los sectores productivos para promover avances tecnológicos de investigación.

· Eliminar las limitantes que impiden la eficiencia y la autonomía de gestión en PEMEX, fomentar la importación de las últimas tecnologías que se requieren para mantener los niveles de producción y promover competencia nacional e internacional a través de toda la cadena de valor de hidrocarburos, abriéndola a la participación del sector privado.

· Hacer que el costo de la electricidad sea competitivo a nivel global mediante la eliminación del monopolio de la CFE.

· Mejorar la administración de los recursos naturales, especialmente agua, utilizando mecanismos de mercado.

· Implementar políticas para promover mayor competencia en el sistema financiero de modo que se incremente tanto su tamaño como su alcance y, al mismo tiempo, expandir el rol del sector financiero no bancario. Incorporar al sector informal mediante la mejora de los derechos de propiedad y permitiéndole tener más acceso al financiamiento.

· Implementar el Programa Nacional de Infraestructura para incrementar sustancialmente las inversiones en el rubro no petrolero, a 5% del PIB o más.

· Reforzar e implementar reformas políticas que busquen reducir la desigualdad y promuevan la inclusión de todos los sectores de la sociedad tanto en la economía como en el proceso político.

· Iniciar una revisión de las implicaciones sociales, económicas e institucionales del envejecimiento futuro de la población mexicana y emprender medidas preparatorias antes de que termine la próxima administración.

· Implementar agresivamente la recientemente reformada Ley Federal de Competencia Económica, aplicándola a empresas públicas y privadas por igual, para vencer la razón principal por la cual México está en la trampa de ingreso medio.

· Diseñar y llevar a cabo una reforma fiscal exhaustiva que permita incrementar el total de los ingresos fiscales en aproximadamente 5 puntos porcentuales del PIB durante los próximos cuatro años, además de incrementar el nivel y mejorar la eficiencia y efectividad del gasto público.

· Establecer un fondo intergeneracional que ayude a proteger de la vulnerabilidad ante las fluctuaciones de corto plazo en los precios del petróleo, así como reducir el riesgo de “enfermedad holandesa”.

· Asegurar una temprana implementación de la reforma judicial de 2008 y reforzar el Estado de Derecho y la integridad de las obligaciones contractuales.

· Hacer cumplir el actual marco legislativo anticorrupción y las iniciativas relacionadas con el mismo tema. Crear un mecanismo confiable de quejas sobre aplicaciones injustas de las leyes y regulaciones.

· Mejorar la gobernabilidad, particularmente lidiar con las consecuencias no intencionales de la descentralización del poder político transferido a los estados así como la falta de rendición de cuentas de los órganos de gobierno estatales y municipales.

· Adoptar una nueva política de seguridad nacional, dentro de un contexto multilateral, para restaurar la seguridad de todos los ciudadanos y luchar contra el narcotráfico y el crimen organizado. Asimismo renovar tanto la legitimidad de la autoridad del Estado como la confianza de la gente en la policía y otros órganos de gobierno públicos.

· Reposicionarse como socio y renovar las relaciones comerciales con el resto del mundo, dentro y fuera del TLCAN.

A las propuestas contenidas en el libro agregaría la puesta en marcha de una nueva política industrial para el fortalecimiento del crecimiento económico, cuyo eje principal sería la promoción de actividades con fuertes encadenamientos productivos y elevado contenido tecnológico y de innovación. Además, el mejoramiento de las condiciones de producción en las zonas rurales, que se han visto seriamente dañadas por el descuido de siglos, lo que no es congruente con las estrategias seguidas en países desarrollados donde se impulsa la industria, pero también el sector rural debido a su importancia para el sostenimiento del ciclo vital de los seres humanos. Además, el transitar de un modelo sólo centrado en las exportaciones manufactureras a uno que combine esto con el impulso a los salarios reales de los trabajadores para incrementar el mercado interno.

En suma, “Futuro para todos. Acciones inmediatas para México” es una pieza intelectual que debe ser tomada en cuenta para hacer que en el México del futuro la norma sea el progreso y la prosperidad, la severa penalización de la violencia y una mayor equidad. Lograrlo, como explican los autores, es posible mediante el trabajo, el impulso a una sociedad basada en el mérito, la unidad y cooperación de todos los grupos de la sociedad mexicana, en relación a un objetivo común: el desarrollo económico, social y político.  

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* Profesor en economía de la UACJ, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI)