La reforma al artículo 2 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que garantiza que en las comunidades indígenas las mujeres disfruten y ejerzan su derecho a votar y ser votadas en condiciones de igualdad con el hombre, así como a acceder a cargos públicos y de elección popular en los mismos términos, hace visibles a las mujeres y su sueño de un futuro hacia la igualdad, oprimido durante siglos por cuestiones culturales, económicas y políticas.
Así lo señaló la diputada Eufrosina Cruz Mendoza, impulsora de la iniciativa que este jueves, en un momento histórico para el país, fue aprobada en sesión ordinaria de la LXII Legislatura Federal, y que establece que en ningún caso las prácticas comunitarias, usos y costumbres, podrán limitar los derechos políticos electorales de ciudadanos y ciudadanas en la elección de sus autoridades.
En tribuna, la presidenta de la Comisión Permanente de Asuntos Indígenas, apuntó que el derecho al voto activo y pasivo de las mujeres en las comunidades que se rigen por el sistema de Usos y Costumbres, ha dormido durante siglos el sueño de los justos. “Han sido más de 500 años de vivir en silencio sin el derecho de alzar nuestra voz para expresar el derecho a gobernar y a elegir a los gobernantes de nuestro propio destino”, dijo.
Agregó que por cientos de años, el derecho de las mujeres a votar y ser votadas en muchas comunidades y municipios ha sido manipulado, conculcado y condicionado por las autoridades municipales que desconocen u oprimen sus derechos humanos, aunado a que solo por ser mujer se les niega el derecho a la educación, a la salud, a decidir el número de hijos que quieren tener y elegir a su pareja; más aún, en pleno siglo veintiuno se nos sigue intercambiado, admitió.
La legisladora, quien en 2007 contendió a la alcaldía de su natal Santa María Quiegolani, pero por ser mujer le fue negada la oportunidad de asumir el cargo, resaltó que la iniciativa que modifica el artículo segundo de nuestra Carta Magna para elevar a rango constitucional el derecho al voto activo y pasivo de las mujeres, en términos de igualdad con los ciudadanos varones, en los municipios que se rigen por Usos y Costumbres, “cambia el rostro del mundo indígena”.
Reiteró también su compromiso decidido y unánime con los derechos político-electorales de los pueblos y comunidades indígenas, y celebró la aprobación de la iniciativa que busca reconocer un derecho que fue concedido por primera vez hace sesenta años a las mujeres de México, pero que en algunas zonas alejadas sigue siendo una ilusión inalcanzable.
Como mujer originaria de una de las 62 etnias de México y como Presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas de la Cámara de Diputados, quiero reconocer y agradecer el trabajo de las diputadas y los diputados integrantes de las Comisiones Unidas que aprobaron este dictamen, sobre todo a mis compañeras y compañeros de la Comisión de Asuntos Indígenas, que mostraron gran sensibilidad, entusiasmo y compromiso con esta iniciativa, resaltó.
Asimismo, retomando unas palabras de la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú Tum, en la Cumbre Mundial sobre Pueblos Indígenas celebrada recientemente afirmó: “Que se haga la paz en la educación, que se haga la paz en la cultura y que se haga la paz en la justicia social de los pueblos indígenas de América y del Mundo”.
Por otra parte, en el marco de la conmemoración del 2 de octubre, la diputada federal indicó que la iniciativa aprobada tiene sus inicios en un acto de rebeldía ante la imposición, desigualdad y la injusticia que ella vivió, por lo que convocó a los jóvenes que en esta fecha se manifestan en las calles a “no hacer de la rebeldía una causa, sino darle una causa a su rebeldía”.