Sentada en una de las bancas del parque de esta comunidad mixteca, la organista uruguaya Cristina García Banegas aseguró, que los órganos oaxaqueños son reflejo de un gran esplendor artístico y espiritual, “y por supuesto organológico, porque los instrumentos marcan no sólo la influencia hispánica e ibérica, sino también dejan al descubierto un determinante aporte mexicano”.
Tras concluir el recorrido que la llevó a conocer una docena de órganos tubulares en la Mixteca Alta de Oaxaca y cerca de diez en los Valles Centrales, además de protagonizar tres conciertos, García Banegas concluyó ayer su participación en el Octavo Festival Internacional de Órgano y Música Antigua de Oaxaca. Cansada pero satisfecha, la organista afirmó que se lleva de Oaxaca las ganas de seguir promoviendo la música y la conservación de los órganos históricos.
“Es vital que los oaxaqueños sepan, que deben apoyar las restauraciones e incentivar que los niños de cada pueblo aprendan a tocar su órgano histórico”. Y enfatizó que ella está a dispuesta a contribuir, “si se consiguiera el apoyo de becas, yo en Uruguay podría recibir a algunos estudiantes. E incluso sueño, que si conseguimos el sustento económico fuerte se podría hacer una réplica de un instrumento mexicano y ponerlo en Uruguay, tal vez a través de la Embajada de México”, acotó.
Mientras la tarde agoniza a espaldas del majestuoso templo de Santiago Tejupan, García Banegas consideró que sería lamentable si en Oaxaca los niños y jóvenes no se logran sensibilizar ante el esfuerzo que realiza el Instituto de Órganos Históricos de Oaxaca (IOHIO). “Urge que los jóvenes comiencen a estudiar este instrumento, y por otra parte, se requiere también de la apertura que la Iglesia para que permitan más conciertos e incorpore a este instrumento en sus oficios eclesiásticos”, subrayó la maestra uruguaya.
-Un canto de boca y manos
Una de las sorpresas del Octavo Festival Internacional de Órgano y Música Antigua de Oaxaca, fue la intervención vocal de Cristina García Banegas, quien dio voz a un canto sacro durante el concierto de clausura que ofreció el organista suizo Guy Bovet al interior del templo de Santa María de la Asunción Tlaxiaco.
Al respecto, la organista uruguaya recordó que fue el maestro Bovet quien la invitó a cantar el tema que el compositor Francisco Correa de Arauxo compuso para ser ejecutado al órgano, y que lleva por título Himno de la Inmaculada Concepción (“Todo el mundo en general” ). “El maestro me pidió cantarla, entonces lo hice con una voz de mezzosoprano, así interpreté el primer verso, luego las glosas o variaciones y al final volví a repetir el mismo canto”.
La organista detalló que esta pieza dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen María, es una composición armonizada a cuatro voces tocadas en el órgano y una voz de tenor. “Claro, yo le aporté algo diferente, porque en mis conciertos me gusta hacerme acompañar de otros instrumentos, percusiones, canto o lo que sea“(risas), comentó la maestra Cristina García Banegas.
Y agregó, que aunque cantar le apasiona y su tesitura vocal es de soprano, prefiere el órgano, “siempre he cantado y dirigido coros, me encanta trabajar con niños y hacerlos cantar ,me gusta trabajar con los cantantes y he aprendido mucho de ellos, tengo una hija que estudia canto. Creo que el canto es una asignatura pendiente para otra vida”, dijo convencida la maestra uruguaya.
Mientras sonríe a los chiquillos que juegan en el parque de Tejupan, la organista relató que del primer coro de niños que tuvo en Montevideo, Uruguay en 1977, diez años después los volvió a reunirlos para conformar lo que ahora es el Ensamble Vocal e Instrumental De profundis, con el cual interpreta polifonía sagrada.
“Y hacemos muchos villancicos, de Oaxaca incluso, tenemos un disco grabado con parte del código de Oaxaca, con obras de Gaspar Fernández. El cual fue presentado por las embajadas de México y Portugal, porque este autor nació en Portugal y de ahí se vino a la Nueva España”. informó Cristina García Banegas.
Como parte de su anecdotario personal, la organista narró que cuando ofrece algún concierto, muchas veces le han dicho: “Hay Cristina cuando tu tocas el órgano suena como un coro“; y cuando terminan los conciertos del coro le dicen que el coro suena como un órgano, “entonces tengo ligadas ambas disciplinas a esa redondez vocal”, acentuó.
La entrevista es interrumpida por una voz que grita su nombre, y la organista acude apresurada a uno de los extremos del parque, donde junto con los demás organistas que musicalizaron el Octavo Festival Internacional de Órgano y Música Antigua de Oaxaca, recibe un caluroso aplauso por parte de los participantes. La jornada terminó y el regreso es inaplazable, la Mixteca despide con un suave soplo a los visitantes, mientras García Banegas acomoda su cabello antes de abordar su camioneta.