“El debate político debe contribuir a enriquecer la opinión, no necesariamente a generar adhesión”
Alejo Vargas Velásquez
La diferencia de ideas, el debate y la controversia de puntos de vista serán siempre asociadas a la democracia. Para llegar a un acuerdo y posteriormente tomar decisiones que impacten en el ámbito social es indispensable el debate, aunque en países como el nuestro la imposición desde el poder parece lo más recurrente.
En la democracia representativa clásica, las propuestas políticas y los debates públicos se realizan a través de los partidos políticos. Se considera que los partidos son los representantes de diferentes corrientes de opinión y posturas políticas. En la actualidad, se plantean mecanismos para el debate político que trascienden el ámbito de los partidos, donde el internet y las redes sociales se muestran como alternativas muy interesantes. Con los avances de los medios de comunicación y la revolución informática, en el siglo pasado presenciamos un cambio sustancial en la política, con una democracia mediática donde el principal escenario político era la pantalla televisiva, la señal de radio y los periódicos. El espacio público se mudó a los medios de comunicación, pero poco a poco se está moviendo hacia el espacio virtual: al internet, sobre todo a las redes sociales.
En la actualidad es innegable el poder que el internet tiene sobre nuestras vidas diarias y el ámbito político no podía estar exento de este fenómeno mundial. En cuanto a las campañas políticas el caso del Presidente Barak Obama es quizá el más importante, ya que demostró lo poderosas que pueden ser las redes y las nuevas tecnologías para ganar una elección, sobre todo para apuntar al electorado joven, cambiando las reglas del juego en cuanto a comunicación política electoral.
En nuestro país al revisar los datos estadísticos, se demuestra que los mexicanos se encuentran cada vez más (y por más tiempo) conectados, aun cuando existen muchos incrédulos que aseguran que en México estas estrategias no aplican. El Estudio sobre los hábitos de los usuarios de internet en México 2014 de la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) nos muestra que nuestro país cuenta con 51.2 Millones de usuarios de internet, lo que representa un crecimiento anual del 13%. De estos usuarios el 90% utiliza Redes Sociales convirtiéndose en la actividad que ocupa el primer lugar en cuanto al uso del tiempo en línea de los usuarios mientras navegan, superando al Correo Electrónico, la consulta de noticias y los servicios de mensajería instantánea.
Además, cerca de la mitad de estos usuarios de internet está de acuerdo con ver publicidad en redes sociales y a otro 30% le es indiferente, lo que nos deja que solo 2 de cada 10 usuarios de internet están en contra de la publicidad digital. No por nada las redes sociales se han vuelto la estrategia favorita de las empresas y organizaciones de todos los tamaños y sectores para llegar a su público.
Esta realidad se presenta, más que como una oportunidad, como una necesidad de los partidos políticos y por ende de sus candidatos a utilizar las redes sociales y el internet, con el fin de llegar a posicionar su imagen, sus propuestas, su proyecto y aspirar a ganar elecciones.
Las redes generan un proceso de comunicación directa con los electores, comunicación sin intermediarios; los costos son mucho más bajos que la publicidad tradicional, además de que los ciudadanos pueden interactuar con los aspirantes a puestos de elección popular en casi tiempo real generando una comunicación de dos sentidos, entre otras muchas virtudes. Pero claro, las redes no están exentas de vicios, algunos que caracterizan a nuestro sistema político: la guerra sucia, los mensajes engañosos, el transmitir una imagen errónea o falsa del candidato, etc, etc, etc.
Lo que es cierto es que parece que las Redes Sociales son el nuevo campo de batalla de los partidos políticos, aunque que algunos políticos no se han dado cuenta. Ejemplos de funcionarios y candidatos que han sido víctimas del mal uso de sus herramientas digitales sobran, y a más de uno le ha costado su puesto y su carrera política, ya sea por el desconocimiento y menosprecio del impacto de estas nuevas tecnologías, o por contratar a gente sin conocimientos específicos de campañas políticas y de comunicación política digital para gestionarlas.
Además, puede ser contraproducente generar una estrategia de redes sociales para campañas políticas basada solo en un enfoque de marketing o de comunicación tradicional, tratando a los candidatos como productos o personajes, sin enfocarse en el proyecto político. Recordemos que los ciudadanos no son clientes.
Las redes deberían ayudar a generar sociedades más politizadas. El gran reto para los candidatos en las próximas elecciones es el de construir mensajes para el espacio digital que doten de “credibilidad” a los aspirantes, contrario a todos aquellos que se escudan en el anonimato en internet para golpear y desacreditar a sus oponentes.
No olvidemos que para en verdad conocer a los aspirantes a puesto de elección popular es necesario informarse más allá de las redes sociales y publicidad oficial, debemos profundizar y encontrar las propuestas y los proyectos que están detrás de las imágenes virtuales creadas por profesionales (y los no tanto). Redes sociales y campañas políticas: ¿Oportunidad para mejorarla comunicación con la gente, o los mismos vicios pero ahora virtuales? Hagan sus apuestas.
P.D. ¡¡FELIZ NAVIDAD!!
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