Con el auge y constante crecimiento de las redes sociales, los datos personales han dejado de ser personales, ya que aunque los usuarios no mencionen aspectos de su vida como la orientación sexual, sus conexiones en la red permiten predecirla.
Un estudio con millones de perfiles de la antigua red Friendster demuestra que incluso, es posible conocer las preferencias sexuales de los que no tienen una cuenta en la red.
Friendster es una buena fuente de información para los investigadores de las redes sociales ya que una gran parte de los perfiles de sus usuarios, se encuentran en formato Archive.org, la memoria de Internet.
Como se menciona en el portal del diario El Pais, investigadores de la Escuela Técnica Federal de Zurich (ETH),usaron los perfiles públicos de casi 3,5 millones de usuarios de esta red, y las más de 11 millones de conexiones entre ellos para demostrar que es posible inferir la orientación sexual de la mayoría de los miembros de una red social.
Los investigadores mostraron cómo se pueden crear perfiles fantasma (detalles que una red social puede saber de un usuario aunque éste no se lo haya dado) no sólo de los usuarios de una red social como Friendster (perfiles fantasma de forma parcial) sino también de sus amigos que no tienen una cuenta en la red (perfiles que son fantasma de forma completa). Y lo han hecho con una de las características más íntimas y personales, como es la orientación sexual.
Si aproximadamente 90% de los usuarios no revelan en su perfil sus preferencias sexuales, es factible que las redes puedan saber poco de ellas. Pero si sólo las ocultan un 10% Friendsteren este caso, puede inferirla basándose en sus conexiones y la información que publican los demás.
Según el estudio, no todas las orientaciones sexuales son igual de predecibles. Siendo los usuarios más numerosos, el predictor de los hombres y mujeres heterosexuales es más preciso. Sin embargo, en comparación al total de la muestra, los más vulnerables son los hombres homosexuales.
Cabe mencionar que los perfiles de los usuarios de una red social y sus conexiones entre sí, también permiten inferir los gustos sexuales de sus amigos que no están en la red. Para comprobarlo, los investigadores partían con la ventaja de que en Friendster, como en Facebook, se sabe cuándo se une un usuario a la red social. Así pudieron comprobar el grado de acierto de sus predicciones.
“Imagine un hombre homosexual sin cuenta en una red social, pero que tiene 10 amigos dentro con su cuenta de correo en la lista de contactos. Imaginemos que 9 de esos 10 amigos son también hombres homosexuales.
La red social puede explotar el patrón de asortatividad entre hombres homosexuales e inferir que ese correo y ese número de teléfono pertenecen a un hombre homosexual”, argumenta García.
Preguntado por si sus resultados se podrían replicar en otra red social que siga viva, como Facebook, García recuerda: “El diseño es prácticamente igual, las amistades también son bidireccionales y la forma de interactuar es muy parecida, con muros y fotos. De hecho, Fabebook hoy en día tiene muchos más enlaces entre amigos, y mucha más información personal que Friendster en aquellos tiempos”.
Agencias