20:23 Diversas fuerzas policiales detuvieron a más de dos mil 200 personas durante una investigación de casi dos años para combatir las acciones de carteles mexicanos del narcotráfico en Estados Unidos y México, informaron el jueves autoridades federales.
La operación de 22 meses, llamada Project Deliverance (Proyecto Liberación), se concentró en las redes de transporte de metanfetamina, cocaína, heroína y marihuana de México a Estados Unidos, y de armas y dinero en la dirección contraria.
La campaña se concentró en eliminar a muchas células de los carteles establecidas en Estados Unidos que recogían las drogas en puntos importantes de distribución como Houston y luego las distribuían en todo el país.
Numerosas células eran también responsables de lavar dinero de las drogas mediante la compra de bienes raíces y llevar de contrabando ganancias y armas hacia México para apoyar las operaciones de las organizaciones narcotraficantes, dijeron las autoridades.
Las mayores organizaciones del narcotráfico en México, como los carteles de los Beltrán Leyva, del Golfo y de Sinaloa, fueron investigadas en la operación.
“Esta operación ha asestado un golpe considerable contra los carteles, pero no nos engañemos: sabemos que aunque exitosa, la operación fue sólo una batalla en lo que es una guerra en curso”, señaló el secretario de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder, durante una rueda de prensa en la capital, Washington.
Más de 400 detenciones fueron hechas el miércoles en 16 estados, como Texas, California y Virginia.
El Departamento de Justicia dijo que la operación permitió incautar 154 millones de dólares en metálico, 544 kilos (1.200 libras) de metanfetaminas, 2,5 toneladas de cocaína, más de 635 kilos (1.400 libras) de heroína y 62 toneladas de marihuana.
Uno de los arrestados es Carlos Ramón Castro Rocha, acusado de dirigir una importante operación para traficar heroína desde México. Castro Rocha era un intermediario de los carteles mexicanos de Sinaloa y La Familia, para los cuales trasladaba a Estados Unidos unos 70 kilos de heroína al mes y luego enviaba de vuelta a México dos millones de dólares mensuales, dijo un funcionario estadounidense que habló en forma anónima porque carecía de autorización para abordar públicamente el caso.
Castro Rocha, de 36 años y oriundo del estado mexicano de Sinaloa, fue aprehendido el 30 de mayo en México y está sometido al trámite de extradición a Estados Unidos. Está acusado de traficar heroína en Arizona y Carolina del Norte.
En México, el responsable antidrogas de la Policía Federal, Ramón Pequeño, dijo en rueda de prensa en la capital mexicana que Castro Rocha fue señalado en relación con el envío de entre 70 y 90 kilos (150 y 200 libras) de heroína a Estados Unidos desde la ciudad mexicana de Guasave en el estado de Sinaloa, considerado bastión del cartel de las drogas del mismo nombre.
Personas como Castro Rocha “mantienen una presencia discreta, realizan importantes operaciones de trasiego de droga y manejo de dinero, son poco conocidos y no pertenecen a ninguna estructura tradicional del narcotráfico, lo que dificulta su identificación y captura”, agregó.
El funcionario mexicano consideró que “en esta etapa es donde resalta el intercambio de información y la colaboración que existe con las autoridades de otros países”.
En la operación participaron el Departamento Estadounidense Antidrogas (DEA), el FBI y la oficina de Inmigración y Aduanas en colaboración con policías estatales y locales.
En Houston y en el sur de Texas, las autoridades dijeron que eliminaron células de los carteles de los Beltrán Leyva, el Golfo y Zetas, que con el dinero de las drogas blanquearon millones de dólares con la compra de 70 lotes residenciales en el condado de Hidalgo. Entre los acusados en el sur texano está Hernán Guerra, jefe de la policía del poblado de Sullivan City, fronterizo con México. Está implicado en ayudar en el contrabando de marihuana a Estados Unidos.
En la conferencia en Washington, la titular interina de la DEA, Michele Leonhart, dijo que la operación intentaba reducir y eliminar el flujo de drogas hacia el norte y de ganancias del narcotráfico y las armas hacia el sur.
Las redes de distribución de drogas en el suroeste, con su violencia, amenazan la seguridad en la frontera, dijo Kevin Perkins, director adjunto del FBI a cargo de la división de investigaciones criminales.
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