Obispos de Estados Unidos recorrerán la frontera con México y celebrarán una misa el 1 de abril en nombre de los cerca de 6 mil migrantes que han muerto en el desierto desde 1998.
El objetivo es “resaltar el sufrimiento humano causado por un sistema de inmigración roto, un aspecto del debate nacional de inmigración, que a menudo se ignora”.
El prelado Eusebio Elizondo, auxiliar de Seattle y presidente del Comité de Obispos para la Migración, anunció que no recuerda que en la actual discusión se haya tocado el aspecto humano de este fenómeno.
“Los que han muerto y los deportados cada día tienen el mismo valor y la innata dignidad dada por Dios como todas las personas; sin embargo, se ignora su sufrimiento y muerte.
“Exponemos nuestra propia indiferencia cuando minimizamos o ignoramos el sufrimiento y la muerte, como si estas personas no merecieran nuestra atención. Nos degrada como nación”, destacó.
El recorrido, dijo, tiene el mismo significado que el realizado por el papa Francisco, quien en su primer viaje fuera de Roma fue a la isla italiana de Lampedusa para recordar a los inmigrantes africanos que murieron tratando de llegar a Europa.
Recordó que durante esa salida, el Papa habló sobre la “globalización de la indiferencia” hacia los inmigrantes y condenó la “cultura de usar y tirar”, que dispone de los seres humanos en la búsqueda de la riqueza.
“La frontera México-Estados Unidos es nuestro Lampedusa, los migrantes en este hemisferio tratan de llegar a ella, pero a menudo mueren en el intento” dijo.
Algunos de los que participarán, además de Elizondo, son el cardenal Sean O’Malley, arzobispo de Boston; Gerald F. Kicanas, obispo de Tucson; John C. Wester, de Salt Lake City, y Marcos Seitz, de El Paso.
La Conferencia de Obispos Católicos, a través de su Comité de Migración, informó que los sacerdotes viajarán a Nogales, Arizona, el 30 de marzo y el 1 de abril para recorrer la frontera y celebrar la misa a las 9:00 horas.
Agencias