En memoria del sacerdote Jesús Gopar Ricárdez, quien falleció el pasado cuatro de abril, este jueves se ofrecerá un magno concierto en la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Soledad con la participación del Coro de la Ciudad de Oaxaca, la Schola Cantorum Antequerensis, la soprano Mariana Gijón Tello y los organistas del Instituto de Órganos Históricos de Oaxaca A.C. (IOHIO).
En punto de las 20 horas, Cecilia Winter y Joel Vásquez dispersarán los sonidos del órgano tubular del siglo XVII, para rendir un homenaje póstumo a quien fuera Rector de la Basílica de la Soledad y se distinguiera por su ardua labor pastoral.
“Este concierto es una manera sublime de recordar al padre Jesús Gopar Ricárdez, él siempre valoró este instrumento como un legado histórico y estaba consciente que para que fuera un instrumento vivo, tenía que tocarse con frecuencia. Sin duda siempre estuvo dispuesto a colaborar con el IOHIO”, enfatizó en entrevista Cecilia Winter, directora del IOHIO.
“Es una pena muy grande saber que este gran amigo del IOHIO ha partido, y creímos necesario organizar este concierto para honrar su memoria, y hacerle saber que estará siempre con nosotros, por eso se sumaron grandes voces de Oaxaca, para hacer una velada musical inolvidable”, acotó la también pianista.
Winter agregó, que el órgano de la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Soledad posee una caja ricamente tallada y adornada con policromía, que tiene la fecha de 1686 inscrita al lado izquierdo.
Resaltó que las partes mecánicas y fónicas son posteriores y son resultado de una reconstrucción total del interior del instrumento en el siglo XVIII. “En un inventario del año de 1776 de los bienes de la iglesia, se encuentra una referencia a cuatro figurillas de ángeles colocadas encima de las cuatro torres laterales del órgano, y el arcángel Miguel en el remate de la torre central”.
Finalmente, Winter agradeció a los maestros Israel David Rivera Cañas, Ricardo Rodys y a Mariana Gijón por sumarse a este concierto para recordar a uno de los amigos del IOHIO, que siempre estuvo dispuesto a mantener vivo al órgano tubular de la Basílica de la Soledad a través de la música.