Además de ser una actividad recreativa que estimula la socialización, el juego es vital para la salud de niñas, niños y adolescentes ya que interviene en el desarrollo mental, motriz y social; por ello, el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), recomienda a padres y madres de familia que en este periodo de confinamiento motiven en sus hijas e hijos este tipo de entretenimientos.
Bajo la premisa de afianzar la solidaridad, el respeto mutuo y aprendizaje, que promueve la administración del gobernador Alejandro Murat Hinojosa y respaldada por el director general del IEEPO, Francisco Ángel Villarreal, la autoridad educativa contribuye a sensibilizar sobre temas que refuercen las bases para la convivencia armónica en los integrantes de un hogar y principalmente en las y los estudiantes de educación básica.
Al respecto, la directora para la Atención de los Derechos Humanos del IEEPO, Marlene Aldeco Reyes Retana, afirmó que en la niñez y adolescencia jugar es un derecho por lo que en estos tiempos de pandemia como personas adultas se deben tener presente la importancia del juego. “Juguemos con las hijas y los hijos. Jugar es crear, jugar con ellos también es amar”, indicó.
De acuerdo con la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cinco personas padecerá una afectación mental debido a la pandemia, pues ésta desencadenará una serie de trastornos del ánimo y de ansiedad en todos los grupos poblacionales en el mundo.
Ante este panorama, la servidora pública señaló que con el despliegue tecnológico que se tiene hoy en día, es fundamental rescatar el valor del juego y evitar que niños y niñas pasen muchas horas frente a pantallas, perdiéndose una gran cantidad de tiempo y espacio valioso no solo para el impulso de su potencial cognitivo y creativo, sino también de la capacidad para desarrollar herramientas emocionales y sociales.
Jugar facilita el ser espontáneos, aprender jugando, experimentar en el margen de error, estimula las emociones que permite a niñas y niños relacionarse socialmente. Jugar es una actitud existencial, una forma de conocer la vida, el entorno, un sin fin de actitudes que se fomentan para construir enormes aprendizajes, es un encuentro en el cual se combina fantasía, creatividad, pensamiento, lenguaje y motricidad, explicó.
Por ello, recomendó principalmente motivar el juego en familia como una manera de generar el bienestar emocional, al ser de suma importancia el vínculo entre padres e hijos, ya que cuenta mucho para las niñas y niños los sentimientos que los padres proyecten, pues son ellos un referente a nivel emocional.
Resaltó que el juego debe utilizarse desde que los bebés comienzan a notar su entorno, etapa conocida como “primera infancia” o primer año de vida, donde los niños y niñas requieren el estímulo de lo que se conoce como juego simple o cognitivo.
Mencionó que en su función social, le corresponde a la escuela favorecer el proceso de socialización en los estudiantes y sobre todo en la educación preescolar pues uno de los objetivos de esta etapa es que aprendan a regular sus emociones a trabajar en colaboración, resolver conflictos mediante el diálogo y a respetar las reglas de convivencia en el aula, en la escuela y fuera de ella, actuando con iniciativa, autonomía y disposición para aprender.
Cabe señalar que a partir de que en México inició la Jornada de Sana Distancia, más de 900 mil niñas, niños y adolescentes dejaron de ir a la escuela, de ver a sus amigos, a sus maestras y maestros, lo que ocasionó la pérdida de su rutina académica y social; de ahí la importancia de promover actividades que fortalezcan su autoestima, autoconfianza y unión familiar.