Para Luis Almagro, el fallecido Presidente venezolano Hugo Chávez era una extraordinaria personalidad de las Américas de dimensión mundial.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), que asumió el cargo en mayo con el propósito expreso de mejorar las relaciones con Caracas, aprovechó una reunión este martes del organismo para destacar su admiración “por esa personalidad extraordinaria”.
“Siempre de paz y diálogo, de espíritu constructivo y mejor entendimiento político entre países” que el martes hubiera cumplido 61 años.
Sus loas al referente constante del Gobierno de Nicolás Maduro fueron recibidas con un pesado silencio en la sede de la OEA en Washington. Muestra, según algunos observadores, de que la paciencia con Caracas empieza a agotarse también entre sus vecinos de la región.
Tampoco es probable que hagan cambiar de opinión a Maduro, cuyo ejecutivo lleva intensos días de campaña en contra del organismo que dirige el ex Canciller uruguayo.
Todo apunta a que Venezuela le ha dado portazo -de nuevo- a la OEA. Y que, de paso, ha decidido despacharse a gusto contra su jefe, en quien algunos veían hasta no hace tanto un aliado de Caracas.
Desde Nueva York, Maduro le daba el martes un no contundente a la oferta de Almagro -en pie desde hace un mes- de enviar una misión de observación electoral para los comicios parlamentarios clave del 6 de diciembre. Y, de paso, a los de otros organismos internacionales también.
“(Venezuela) no es monitoreada ni será monitoreada por nadie. No lo aceptaremos jamás, por nadie”, dijo Maduro en la sede de la ONU ante una pregunta sobre la posibilidad de que los comicios cuenten con vigilancia por parte de alguna organización como Naciones Unidas.
Mientras, desde Caracas, su vicepresidente de Desarrollo del Socialismo Territorial y Ministro de Comunas, Elías Jaua, tomaba los micrófonos para clamar personalmente contra Almagro, al que calificó de “antiveneno” y de “traidor” de la Unión Sudamericana.
“(Almagro) es un anti venezolano, lo ha demostrado, y soy testigo como vicepresidente que fui, como Canciller que fui, de sus actitudes hostiles contra nuestra patria y contra la voluntad mayoritaria del pueblo venezolano”, sostuvo Jaua.
Más allá de sus halagos a Chávez, Almagro declinó este miércoles comentar con periodistas la renovada tensión con Venezuela.
Los ataques de Caracas han sido continuos desde el domingo, cuando Maduro ya acusó al secretario general de estar al servicio del “imperio” (EU) y dijo que la OEA: “no sirve para nada”.
Todo ello en preparación, quizás, de la anunciada reunión un día más tarde entre Almagro y el líder opositor venezolano Henrique Capriles, quien permaneció reunido durante más de dos horas con el jefe de la OEA en Washington para pedirle que no se eche atrás en su oferta de observación electoral.
Según Capriles, que retó a Maduro a aceptar la observación internacional: “si el Gobierno dice que hay plenas garantías, y que hay normalidad, ¿qué problema hay de que la elección tenga acompañamiento internacional?”, se preguntó- Caracas todavía tiene al menos un mes de tiempo para reconsiderar su postura.
Los renovados ataques a Almagro y la OEA no apuntan, sin embargo, a que la puerta se vaya a abrir a tiempo.
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