Con 27 años de servicio, los policías segundo Rafael Acevedo Luria y tercero Cristina Margarita Merino Martínez, saben que su trabajo es un noble oficio, que lo único que los mantiene en la corporación municipal de Oaxaca de Juárez es el amor por el servicio y su compromiso con la sociedad.
Ellos son parte del primer equipo que integró la entonces Policía Metropolitana en agosto del año de 1990, la cual brindaba el servicio a los municipios conurbados de la capital.
Con una historia diferente, ambos elementos coinciden su amor por el servicio y sus experiencias forman parte de su formación como policías ejemplares en la corporación municipal.
En el marco del vigésimo séptimo aniversario de la corporación municipal, el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez reconoce al Policía Segundo y Comandante de la Guardia, Rafael Acevedo Luria, quien ingresó a la corporación cuando tenía 28 años edad.
Acevedo Luria recuerda que el proceso de selección para formar parte de las fuerzas de seguridad municipal se llevó a cabo en la Escuela Secundaria Técnica número 85, donde fue seleccionado para integrar en ese entonces la caballería, hoy unidad motorizada. A sus 55 años de edad, sabe que su recorrido ha sido arduo pero siempre consciente de formación y valores que lo ha hecho un ejemplo ante sus compañeros y su familia.
El comandante comparte que fueron cerca de 55 elementos los que formaron la primera Policía Metropolitana, de ellos, actualmente solo quedan seis en servicio, por lo que sabe que su cariño al trabajo se ha formado durante 27 años de ejercicio. “Con el tiempo, uno le gana cariño porque estamos más al pendiente de la sociedad que de la familia”, refiere.
Rafael se considera un padre ejemplar, pues como policía logró sacar adelante a sus cuatro hijos, que pese al resentimiento a su trabajo, saben que son lo más importante para él. “Como en todo hay reproches de parte de la familia, porque no llegaba a comer o porque me perdía las graduaciones de mis hijos pero siempre tuve presente mi responsabilidad social”, comparte.
Además de esta satisfacción, el Policía Segundo tiene presente el hecho que lo marcó de por vida hace 14 años. Fue un seis de enero, el Día de Reyes, cuando patrullaba junto a su equipo sobre el Periférico, donde les avisaron que sobre el puente de la Central de Abasto habían asaltado a una persona que había comprado sus juguetes.
“Fue en Periférico y Húzares cuando nos encontramos con los tres asaltantes, corrimos tras ellos, logramos someter a uno, y en la persecución de los otros dos, se escuchó una detonación de arma de fuego, resulta que le dispararon a mi compañero en la femoral y lo tuve que auxiliar, de lo contrario se hubiera muerto en cinco minutos”, relata.
“Uno hace el trabajo pero no espera ninguna recompensa”, es el lema que ha orientado a lo largo de este tiempo a Rafael Acevedo Luria, quien hace un llamado a sus compañeros para que den lo mejor de ellos y hagan bien su trabajo, para mejorar la corporación del municipio.
El reconocimiento de la ciudadanía, la mayor
satisfacción laboral: Cristina
Este orgullo, también lo comparte la Policía Tercero Cristina Margarita Merino Martínez, una de las fundadoras de la corporación, quien recuerda que a sus 19 años de edad decidió alistarse cuando vio junto a su mamá a mujeres vestidas de Policía Metropolitana en las calles del centro histórico de la ciudad.
“Es un orgullo ser policía, uno viene a trabajar y cuando menos te das cuenta pasan los años muy rápido y dejas toda tu vida aquí en la policía”, relata Margarita Merino.
Ella es madre de dos hijos; el más grande tiene 14 años y se siente orgulloso de su trabajo. Actualmente estudia el bachillerato, mientras que su hija cursa el quinto grado de primaria.
Lo mejor de su trabajo –externa-es cuando recibe el agradecimiento de la sociedad al ejercer sus funciones, o cuando realiza recorridos –recuerda- a los turistas les gusta tomarse fotos con las mujeres policías.
Cristina comparte que su mayor reto es el haber estado a cargo durante más de siete meses del sector de la Central de Abasto, “el área como sabemos es difícil, y más cuando tienes que ganarte la confianza y respeto de los mercaderes”.
Al poco tiempo –refiere- logró su objetivo y en la actualidad cuando recorre esta zona, las y los comerciantes le muestran su cariño pero sobre todo respeto por su trabajo.
Una de las experiencias laborales que comparte Margarita Merino es que hace unos años en pleno centro de la ciudad capital recibió un golpe en el ojo derecho por parte de una persona con enfermedad mental, que por su condición no pudo proceder en contra de ella.
Sin embargo, esto no fue y ni ha sido impedimento para conducirse con respeto y disciplina durante todos estos años de servicio en la corporación municipal, lo que le ha valido el respeto de sus compañeros y compañeras policías.
Ser policía es un trabajo difícil, pero sin importar las condiciones, Rafael y Cristina han sabido desempeñar un ejercicio de funciones ejemplar y digno de admirar.
Datos históricos de la Policía Municipal
El 4 de agosto de 1990 fungiendo como presidente municipal, Lino Celaya Luria, se fundó esta institución honorable, la cual surgió como Policía Metropolitana, ya que en ese entonces diferentes municipios que conforman la zona Metropolitana no contaban con cuerpos de seguridad.
En sus inicios, la primera corporación de seguridad contaba con 55 elementos, quienes desde entonces tienen el objetivo salvaguardar la integridad y derechos de las personas, preservar las libertades, el orden y la paz pública, así como la prevención y persecución de los delitos.
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