La depreciación del peso mexicano de alrededor de 18% desde agosto de este año, ha elevado las preocupaciones de que se traspase a la inflación, consideró Carlos Capistrán, economista para México de Bank Of América (BofA) Merril Lynch.
“El traspaso en México es bajo, particularmente desde que el Banco de México (Banxico) adoptó un régimen de objetivos de inflación. El bajo traspaso está sustentado en la credibilidad del banco central y se ha beneficiado de la holgura en la economía, que se evidencia en una brecha del producto cercana a cero”, explicó.
El especialista reconoció que un peso demasiado débil por demasiado tiempo constituye un riesgo inflacionario al alza, particularmente para los precios de bienes comerciables como aquellos que forman parte del índice de mercancías del INPC que podrían elevarse temporalmente.
Capistrán indicó que los choques de alza en costos son vistos en un inicio en los precios productor y, dependiendo de las condiciones de mercado, eventualmente se reflejan en los precios al consumidor.
“Una forma de evaluar si hay inflación “en la tubería” es analizando el comportamiento de la inflación en el Índice Nacional de Precios Productor (INPP), que incluye precios de bienes y servicios producidos en México”, dijo.
Añadió que el INPP contiene precios de bienes y servicios intermedios, así como bienes de inversión, obtenidos de encuestas hechas directamente a los productores.
PROYECCIONES
El experto de BofA Merril Lynch indicó que los precios de mercancías de productores (excluyendo petróleo) muestran un importante incremento en la inflación. Dijo que en noviembre, las mercancías del INPP (excluyendo petróleo) creció 7.2% anualizado, comparado al 4.2% anualizado del índice de mercancías del INPC.
“Mientras que el segundo ha permanecido plano en los últimos seis meses, el primero ha mostrado una clara tendencia al alza. De hecho, un simple modelo econométrico para proyectar la inflación en mercancías del INPC muestra que en el largo plazo, los incrementos en mercancías del INPP, eventualmente aumentan la inflación del INPC”, comentó.
Carlos Caspistrán refirió que en noviembre, esta inflación se mantenía en 4% anualizado mientras que el INPC de servicios mostraba sólo 2.4% anualizado.
Añadió que aún cuando hay inflación en el panorama, como lo muestran las cifras del INPP, la inflación en el INPC probablemente permanecerá contenida el próximo año y terminará dentro del rango de variabilidad del Banco Central (3% +/-1%).
“En nuestra perspectiva, una brecha del producto cercana a cero durante la mayor parte del año prevendrá el que las empresas pasen la inflación al productor a los consumidores. Aparte, esperamos que un entorno global de inflación a la baja, con los precios de las materias primas no siendo una fuente de presión el próximo año”, consideró.
Sin embargo, agregó que una vez que la holgura en la economía desaparezca, probablemente en 2013, las presiones que se acumulen en los precios de los productores probablemente empujen la inflación al consumidor al alza, llevando a que el Banco Central eleve tasas.
El Economista