La segunda mayor economía global acumula malos datos en los últimos meses y el gobierno comienza a tomar medidas.
¿Qué está pasando con la economía china?
Los últimos indicadores económicos y financieros de la segunda economía más grande del mundo son pesimistas y acumulan meses consecutivos de registros negativos.
Por ejemplo, en lo que va del año la moneda china ha perdido un 4.92 por ciento de su valor frente al dólar y ha sido fue intervenida recientemente por el Banco Central del país.
Mientras que los principales mercados accionarios, como una señal anticipada de dificultades, acumulan caídas de más del 16 por ciento.
Esta situación ha provocado que los formadores de políticas públicas de la potencia anuncien ciertas medidas fiscales y monetarias para apoyar a la economía en el último mes.
Sin embargo, la guerra comercial con Estados Unidos que incluye aranceles millonarios y la amenaza de que estos aumenten agregan mayor preocupación a una economía que se está enfriando.
Desde que se han implementado las medidas arancelarias, las ventas al menudeo, uno de los indicadores más relacionados con el gasto de los consumidores ha caído en tres ocasiones en los últimos cuatro informes.
La producción industrial retrocedió en el mismo número de veces de forma consecutiva.
De acuerdo con información recopilada por Bloomberg, otros indicadores como la inversión fija bruta, la inversión extranjera directa y la producción industrial, continuaron desacelerándose durante los primeros siete meses del año.
Además, el último indicador de la encuesta Caixin de julio, el PMI llegó a los 50.8 puntos, destacando una mayor debilidad en las exportaciones.
“Todavía está por encima del nivel de los 50 puntos que separa la mejora de las condiciones de deterioro, pero se suma a los signos de desaceleración económica”, señala un reporte de Bloomberg Economics. “Los nuevos pedidos de exportación cayeron a su nivel más bajo desde junio de 2016”.
Asimismo, la tasa de desempleo se elevó en agosto a un máximo de cuatro meses al 5.1 por ciento, desde el 4.8 por ciento previo, provocando que los políticos pregunten a las empresas si planean despidos en los próximos meses.
Un informe de Vanguard titulado “¿Por qué invertir en China?” destaca la naturaleza del modelo de crecimiento económico de la potencia asiática, que se ha traducido en mayor penetración en el comercio y en el PIB mundial a través de los cambios por los que ha atravesado. Sin embargo, también sostiene que “no es posible mantener ritmos de crecimiento con tan fuerte dependencia de la acumulación de deuda”.
El escenario más probable que ve el grupo financiero es un reequilibrio coordinando entre las políticas macroeconómicas y un progreso en las reformas estructurales en el largo plazo, con especial atención en las herramientas de corto plazo, que eviten llevar al país a una recesión, decisiones que serían delicadas.
“El gobierno chino tiene disponible una gama de herramientas monetarias, fiscales y regulatorias, junto con la capacidad de liberar el potencial de crecimiento a largo plazo por medio de la implementación de reformas estructurales oportunas y efectivas. Esto debería ser un buen augurio para el potencial de crecimiento a largo plazo de China y debería permitir al país continuar siendo un participante vital y productivo en la economía mundial”, finalizó el reporte.
De acuerdo con información de Bloomberg, los seis prestamistas más grandes de China están prestando especial énfasis en los riesgos latentes. En sus anuncios de ganancias del primes semestre, hicieron énfasis en los riesgos mil 900 veces.
El día de mañana se publicarán nuevos datos manufactureros PMI´s correspondientes al mes de agosto, donde analistas pronostican ligeras variaciones negativas.
Además, el gobierno chino pidió a Estados Unidos no imponer tarifas adicionales por 200 mil millones de dólares a las importaciones de sus productos, los cuales, se podrían anunciar el próximo 6 de septiembre.
Actualmente ambos países están negociando para tratar de llegar a un acuerdo comercial.
Fuente: elfinanciero.com