El juez británico Robert Owen, quien encabezó la investigación, reveló este jueves el informe de 326 páginas tras su indagación de seis meses en la que fueron citados a declarar cientos de testigos.
El exagente de la KGB, de 43 años de edad, murió tres semanas después de tomar un té contaminado con polonio-210 en noviembre de 2006 en un lujoso hotel del centro de esta ciudad.
El exespía ruso se encontraba acompañado de Andrei Lugovoi y Dmitri Kovtun, excolegas de Litvinenko, quienes después de haber contaminado la bebida volvieron a Rusia.
Actualmente Kovtun es un conocido empresario, mientras que Lugovoi tiene un escaño en la Duma (parlamento ruso).
La investigación indica que hubo dos intentos de envenenamiento de Litvinenko, un fuerte crítico de Putin, razón por la cual huyó de Rusia y pidió asilo político en 2000.
La viuda del exespia, Marina Litvinenko, quien encabezó una campaña de ocho años para lograr justicia, demandó hoy más sanciones económicas contra Rusia y la prohibición de viajar contra el presidente Putin y Patrushev.
“Estoy satisfecha de que las palabras de mi esposo antes de morir cuando acusó al señor Putin de su asesinato han sido constatadas en una corte inglesa con los estandares más altos de independencia y justicia”, señaló en las afueras de la Corte.
La parte acusatoria ha señalado que Litvinenko sufrió una muerte lenta y dolorosa. Su caso es considerado de gravedad porque involucra el asesinato premeditado de un sujeto británico en las calles de Londres, probablemente instruido por un gobierno extranjero.
En julio de 2014 la ministra británica del Interior Theresa May, instruyó que se abriera un proceso judicial público para saber quiénes fueron responsables de la muerte de Litvinenko.
Agencias