El gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron este miércoles un acuerdo histórico para el cese del fuego bilateral y definitivo, en lo que constituye el primer paso para poner fin a 52 años de conflicto armado en el país sudamericano y uno de los más largos del mundo.
En un comunicado conjunto, la delegación del gobierno del presidente Juan Manuel Santos y del más antiguo grupo guerrillero de América Latina, informaron a la opinión pública:hemos llegado con éxito al acuerdo para el cese del fuego y de las hostilidades
, en el contexto de las negociaciones de paz que se vienen desarrollando en Cuba desde noviembre de 2012.
Las partes no especificaron la entrada en vigor del cese del fuego, pero indicaron que será este jueves cuando se dará a conocer
y se firmará el acuerdo en La Habana en un acto encabezado por el presidente Santos y el máximo líder de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, mejor conocido con los nombres de guerra de Timoleón Jiménez o Timochenko.
El acuerdo contempla las condiciones para la dejación de las armas
, las garantías de seguridad y la lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y matanzas que atentan contra defensores de derechos humanos, movimientos sociales o políticos. Se refiere a los grupos sucesores
del paramilitarismo y sus redes de apoyo, y contra quienes amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz.
A la ceremonia asistirán el presidente cubano, Raúl Castro, y por Noruega, el ministro de Relaciones Exteriores, Borge Brende, países garantes del proceso pacificador. En representación de los países acompañantes participarán la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y su homólogo de Venezuela, Nicolás Maduro.
También estará presente, como invitado especial, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, quien irá acompañado del presidente del Consejo de Seguridad y el presidente de la Asamblea General. Además, asistirán el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y su enviado para las conversaciones, Bernie Aronson.
Otros invitados son el mandatario de República Dominicana, Danilo Medina, presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), y el gobernante de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén.
De inmediato hubo felicitaciones por este acuerdo de la mayoría de los países latinoamericanos, incluido México, además de España y Estados Unidos, así como de la Federación Internacional de Derechos Humanos, entre otros, con la esperanza de un pronto acuerdo final de paz.
Las FARC, surgidas de una sublevación campesina y que iniciaron la lucha armada en 1964, declararon un cese del fuego unilateral hace 11 meses, lo cual redujo notablemente la intensidad del conflicto armado. El gobierno se había negado hasta ahora a cesar la ofensiva terrestre contra el grupo guerrillero, aunque suspendió los bombardeos aéreos.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, manifestó su optimismo por el pacto con las FARC en torno al cese del fuego bilateral, la dejación de armas de la insurgencia, condiciones de seguridad y combate contra grupos criminales. Mañana será un gran día, trabajaremos por una Colombia en paz, un sueño que comienza a ser realidad
, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.
Esta semana, Santos manifestó su confianza en que el proceso de paz termine exitosamente en un mes. Señaló que el próximo 20 de julio, cuando inicia un nuevo periodo legislativo, sería una fecha propicia para que el andamiaje jurídico en torno a los acuerdos previos comience a andar.
Hasta el momento han alcanzado acuerdos sobre desarrollo agrario, participación política de la guerrilla y lucha conjunta contra el narcotráfico. Otros de los acuerdos son la atención a las víctimas del conflicto y la aplicación de un sistema de justicia transicional.
Queda por acordar el mecanismo de implementación, verificación y refrendación de lo pactado. Más allá del procedimiento, plebiscito o consulta popular, serán los colombianos quienes respaldarán o rechazarán en las urnas los compromisos de La Habana, según las partes. En este caso, se estima que la firma del acuerdo definitivo de paz ocurrirá aproximadamente en dos meses.
Esto es porque la paz con las FARC no significará el fin automático del conflicto colombiano, porque todavía queda por pactar una solución con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla del país surgida también en 1964.
La ONU será la encargada de financiar y coordinar la supervisión del cese del fuego bilateral y la dejación de armas, con la colaboración de observadores latinoamericanos y caribeños. Al parecer, las armas de los rebeldes serán destruidas, en una fórmula que podría aproximarse al caso de la desmovilización del Ejército Republicano Irlandés (ERI), de Irlanda del Norte.
El conflicto armado interno colombiano, que ha enfrentado durante medio siglo a guerrilleros, paramilitares y efectivos militares y policiales, ha dejado un saldo de unos 300 mil muertos y más de 6 millones de desplazados. En el conflicto, además, ha intervenido Estados Unidos en apoyo a los gobiernos en turno con financiamiento, armas, asesoría y logística.
La Jornada