A consecuencia de la emergencia humanitaria en el Istmo de Tehuantepec por el sismo de 8.2 grados ocurrido el 7 de septiembre de 2017, y que afectó a 800 mil personas de 41 municipios de la región, la Base Aérea Militar No.2 (BAM) de Ciudad Ixtepec fue habilitada como Centro de acopio y distribución de la ayuda humanitaria, además de Control de comando del Plan DN III-E de auxilio a la población.
El Teniente Coronel de Infantería Diplomado de Estado Mayor, Zenón Cisneros Martínez detalló que el lugar que ocupan los 6 hangares de las aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) fueron habilitados para recibir la ayuda que el pueblo mexicano mandaba a la población istmeña y poder distribuirla.
“Aquí se clasificaban los productos, se armaban las despensas y desde aquí salían a todas las comunidades de los 41 municipios del Istmo y de comunidades de la Sierra, fueron más de 600 mil despensas incluso armadas por el personal militar, dando un total de 13 mil toneladas de ayuda”, describió.
Dijo que en el caso de las aeronaves utilizadas para la entrega de víveres en lugares de difícil acceso -39-, además de otras de menores dimensiones, todas tuvieron una tarea específica; “no había aeronave pequeña en cuestión de ayuda, hay unas que sus dimensiones son pequeñas, pero éstas hacían la tarea de reconocimiento, gracias a ellas podíamos saber dónde había más necesidad y así llevar el apoyo”, puntualizó.
En la BAM se realizaron más de 2 mil operaciones aéreas, además de vehículos militares de todo tipo, especialmente tipo Kodiak con los cuales se cargaban de despensas y se repartían.
“El esquema que se utilizó es entregar las despensas casa por casa, para evitar que alguien quedara sin ser atendido, además que una despensa les podía durar de 3 a 4 días por familia, por lo que tuvimos que retornar a esos mismos lugares para seguir apoyándolos”, señaló el Teniente Cisneros Martínez.
Mención especial de los albergues y comedores comunitarios instalados por las Fuerzas Armadas, en donde fueron atendidos más de 8 millones de personas durante la contingencia.
“El despliegue operativo abarcó la instalación de 41 albergues con cocinas comunitarias, en donde se les otorgaba alimentación a muchas de las familias que ahí se quedaban pero también a quienes permanecían en sus hogares y sólo necesitaban del servicio de cocina, para ello se habilitaron maquinas tortilladoras, potabilizadoras de agua y cocinas móviles para cumplir con el objetivo”, refirió el Teniente Coronel.
Los albergues llegaron a captar hasta 950 personas refugiadas en donde se les otorgaba la atención integral requerida, esto derivó de una relación “positiva” que hoy existe entre los militares y la sociedad civil del Istmo.
“Para el personal militar es motivo de satisfacción que la población civil reconozca la labor que el soldado ha realizado en favor de las familias de Oaxaca, en nuestro caso, nuestras familias saben que tenemos que cumplir con nuestro deber de servir a la población y eso nos motiva a realizar nuestro trabajo de manera responsable”, finalizó el Teniente Coronel, quien también tiene el cargo de subjefe de la 46/a. Zona Militar.
Fuerza Aérea Mexicana apoya labores de emergencia
El Capitán segundo Piloto Aviador de la Fuerza Aérea Mexicana Armando Mancillas Torres fue uno de los elementos que coadyuvaron en la entrega de víveres por vía aérea a los más de 290 localidades afectadas por los sismos ocurridos en el mes de septiembre del 2017.
“Nosotros con el honor, valor y lealtad que nos caracteriza estuvimos trabajando en la contingencia, bajo toda condición atmosférica, bajo situaciones críticas que se nos presentaron, pero que con todo el apoyo de los servicios de la Fuerza Aérea, llevamos a cabo más de 2 mil operaciones de vuelo para llevar ayuda a la población civil”, destacó el piloto.
Dijo que durante las operaciones la mayor carga de ayuda humanitaria arribaba a través de los aviones Hércules con capacidad de hasta 20 toneladas, además de los helicópteros que fueron la herramienta principal para acceder a las comunidades.
“Estuvimos trabajando con helicópteros MI-17 de la Fuerza Aérea y Bell 2/12 integrados por aeronaves de la PGR, Policía Federal y también de la FAM, en donde las zonas serranas fueron las más complicadas para nosotros por sus condiciones atmosféricas y de difícil acceso, pero que logramos abastecer de la ayuda necesaria”, destacó.
Agregó que tuvieron que realizar vuelos de reconocimiento para priorizar las zonas de mayor urgencia, “sobrevolamos y sentimos tristeza al ver la magnitud del desastre, sobretodo porque es el pueblo de México, descansamos poco, incluso en carpas porque nuestras instalaciones estaban dañadas, pero con la satisfacción de ayudar a la población, cosa que no tiene comparación”.
“Después de la tormenta viene la calma, el gobierno está haciendo todas las gestiones para que así sea y que el pueblo pueda salir adelante, y es gratificante que nosotros apoyamos con un granito de arena para que la población este de pie y avance en regresar a sus vidas normales”, finalizó el militar.
El Gobierno de Oaxaca y especialmente el pueblo istmeño reconocen la labor que realizaron las fuerzas armadas para hacer frente a la contingencia suscitada a consecuencia de estos sismos, así como a la pericia y capacidad de los pilotos que lograron llevar la ayuda necesaria a las comunidades más alejadas que necesitaban de ello.