Trabajadores organizados y seguidores del ex presidente de Honduras Manuel Zelaya, derrocado en junio de 2009, protestaron hoy contra un “incremento miserable” al salario mínimo anunciado el domingo pasado por el Gobierno.
“Hay insatisfacción en la clase trabajadora por ese incremento miserable al salario mínimo que no es retroactivo desde enero”, dijo a Efe el secretario general de la Central General de Trabajadores (CGT), Daniel Durón.
El dirigente obrero participó en una marcha que se celebró en Tegucigalpa con representantes de la clase trabajadora y del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que condena el golpe de Estado al entonces presidente Zelaya, el 28 de junio del año pasado.
En la marcha, que concluyó frente a la sede del Parlamento, en el centro de Tegucigalpa, participaron centenares de personas que corearon consignas contra el incremento al salario mínimo entre el seis y siete por ciento aprobado por el Gobierno que preside Porfirio Lobo, ante la falta de acuerdo entre obreros y empresarios.
“El incremento -retroactivo a partir de septiembre- no solo es miserable, sino que también no es retroactivo desde enero, algo que no tiene precedente en el país y se podría convertir en medida permanente”, indicó Durón, quien además anunció, sin precisar detalles, que el día 11 se celebrará un paro cívico nacional.
En su opinión, el incremento salarial puede marcar el inicio de la suspensión de beneficios históricos de los trabajadores.
Actualmente el salario mínimo es de cinco mil 550 lempiras (unos 293 dólares) mensuales en las zonas urbanas y de cuatro mil 55 lempiras (unos 213 dólares) en las rurales.
Los manifestantes también se pronunciaron en contra de una ley de empleo temporal por horas que está discutiendo el Parlamento hondureño, por considerar que es “lesiva” para los trabajadores.
Esa ley, según indicó en un comunicado la Confederación Unitaria de Trabajadores (CUTH), “no es la solución al desempleo que agobia a la población”, sino que vuelve precarias “las condiciones de empleo y solo beneficia los intereses de la clase empresarial flexibilizando el Código del Trabajo”.
En la manifestación el FNRP reiteró su exigencia de que Zelaya, quien reside en República Dominicana desde el 27 de enero pasado, regrese al país de forma incondicional.
Zelaya fue depuesto y expulsado del país cuando promovía una consulta popular, pese a que tenía un impedimento legal.