A la expectativa de los anuncios del gobierno para impulsar la economía, Carol Antonio Altamirano, secretario de la Comisión de Hacienda de la Cámara de diputados, dijo que el reto es histórico y que se esperan alternativas que focalicen el esfuerzo en los sectores de menores ingresos y la protección de las pequeñas y medianas empresas, donde se genera la mayoría de los empleos del país.
El gobierno debe diferenciar su intervención, porque al mismo tiempo que hay empresas grandes, con vínculos internacionales, que podrán contraer endeudamiento y sobrevivir, existen pequeñas empresas que difícilmente pueden resistir y podrían cerrar en unas semanas, dando un golpe severo al empleo.
Por ejemplo, en el sector turismo no es lo mismo el impacto para un hotel de cadena internacional, que para un pequeño restaurante, un pescador o un taxista.
El reto económico es mundial, en el que se están perdiendo empleos en Estados Unidos y eso necesariamente afectará a todos sus socios comerciales. El panorama es de recesión al menos en China, Europa y ahora toda América, de manera que México no sólo no será la excepción, sino por ser una economía emergente, podemos sufrir impactos aún mayores.
Como parte de las alternativas a ponderar, el diputado Carol Antonio Altamirano señaló seis puntos.
En principio, debe asumirse con responsabilidad que los supuestos del paquete económico deben revisarse. La meta de crecimiento del PIB, el precio del petróleo, las metas de recaudación y las prioridades del gasto de inversión no tienen la misma vigencia que cuando se aprobaron.
En segundo lugar, se debe ponderar si la defensa del “superávit primario” es correcta en estos momentos o si se asumirá la necesidad de utilizar con inteligencia y prudencia el déficit para enfrentar la emergencia. En el corto plazo la disyuntiva no será tomar o no el financiamiento, sino saber invertirlo bien, en proyectos productivos o de infraestructura pública, para que tenga un impacto en la economía.
En tercer lugar, se requiere un programa de emergencia para las miles de personas que por estar contagiadas por el COVID19 no pueden ni deben ir a trabajar, “como parte de la estrategia de control de los contagios”, acompañado de un programa para la gente que vive al día, y que pueden perder sus ingresos aun cuando no estén infectadas. Los programas de empleo temporal podrían revisarse para cubrir estos fines.
En cuarto lugar, se requerirá que el SAT administre facilidades para que las micro y pequeñas empresas puedan sobrevivir y cubrir con realismo sus obligaciones. No es sensato pedirle a una fonda, que no tiene liquidez, que no despida a nadie y al mismo tiempo que pague impuestos. En esos casos debe buscarse un beneficio a condición de estar focalizado en los contribuyentes más débiles.
En quinto lugar, la autoridad reguladora debe intervenir para proteger las remesas, que en muchos casos son el único sustento de las familias, de personas de la tercera edad o la fuente de capital para pequeñas empresas.
En sexto lugar, se debe eficientar el gasto público para que se ejerza con oportunidad, dando prioridad al gasto en salud y a los proyectos de infraestructura en carreteras o agua potable, ya que en la medida que el gobierno invierta se protegerán empleos en el sector de la construcción.
Para concluir, el diputado de morena dijo que se requiere subrayar y asumir que el sector privado también debe demostrar altura de miras.
Es indispensable que participen en los programas de inversión porque sin su apoyo es imposible que el sector público pueda mover o dinamizar la actividad económica por si mismo. Así como el gobierno debe replantear su horizonte, también los inversionistas deben entender que este es el momento para apoyar la economía del país, concluyó.