Mario Arturo Mendoza Flores
Comenzaré este artículo con un chascarrillo referente a las promesas de campaña que algunos suelen hacer para ganarse con engaños el voto de la gente: Un día, mientras caminaba por la calle, un dirigente de un importante partido político es trágicamente atropellado por un camión y muere. Su alma llega al paraíso y se encuentra en la entrada, a San Pedro en persona. -Bienvenido al paraíso -le dice San Pedro-. Antes de que te acomodes, parece que hay un problema. Verás, muy raramente un alto político ha llegado aquí y no estamos seguros de qué hacer contigo. Lo que haremos será hacerte pasar un día en el infierno y otro en el paraíso, y luego podrás elegir dónde pasar la eternidad. Y con esto, San Pedro acompaña al político al ascensor y baja hasta el infierno. Las puertas se abren, y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf. A lo lejos hay un club, y de pie, delante de él, están todos sus amigos políticos que habían trabajado con él, todos vestidos con traje de noche y muy contentos. Corren a saludarlo, lo abrazan y recuerdan los buenos tiempos en los que se enriquecían a costa del pueblo. Juegan un agradable partido de golf y luego, por la noche, cenan juntos en el restaurante del club, con langosta como plato principal. Comparten la noche con hermosísimas y liberales jovencitas. Se encuentra también al diablo, que de hecho es un tipo muy simpático y se divierte mucho contando chistes y bailando.
Se estaba divirtiendo tanto que, antes de que se dé cuenta, es ya hora de irse. Todos le dan un apretón de manos y lo saludan mientras sube al ascensor. El ascensor sube, sube, y se reabre la puerta del paraíso donde San Pedro lo está esperando. -Ahora es el momento de pasar al paraíso. Así que el político (inescrupuloso, ciertamente), pasa las 24 horas sucesivas saltando de nube en nube, tocando el arpa y cantando . Antes de que se dé cuenta, las 24 horas ya han pasado y San Pedro va a buscarlo.
-Ya has pasado un día en el infierno y otro en el paraíso. Ahora debes elegir tu eternidad. El hombre reflexiona un momento y luego responde:
-Bueno, el paraíso ha sido precioso, pero creo que he estado mejor en el infierno. Así que San Pedro lo acompaña hasta el ascensor, y otra vez baja, baja, hasta el infierno. Cuando las puertas del ascensor se abren, se encuentra en medio de una tierra desierta cubierta de excremento y desperdicios. Ve a todos sus amigos vestidos con trapos, recogiendo los desperdicios y metiéndolos en bolsas negras. El diablo lo alcanza y le pasa un brazo por los hombros. -No entiendo -balbucea el político-. Ayer estuve aquí y había lindas mujeres, un campo de golf y un club, comimos langosta, bailamos y nos divertimos mucho. Ahora todo lo que hay es un terreno desértico lleno de porquerías…, y mis amigos parecen unos miserables.
El diablo lo mira, sonríe y dice: Ayer estábamos en campaña. Hoy, ya votaste… jajaja! Viene a colación éste chiste, ya que los oaxaqueños debemos estar muy atentos en diferenciar lo que es una promesa de campaña, a lo que es una propuesta de gobierno. Una promesa de campaña es un recurso fácil que tiene como objetivo el ofertar lo que la población anhela aún cuando su ejecución resulte inviable. El objetivo del que recurre a ella es llamar la atención de la ciudadanía a sabiendas de que se le está engañando, sustentándose en la máxima de que el fin justifica los medios. Un ejemplo de ello es el prometer que se cancelará el pago de la tenencia vehicular. Para empezar habré de señalar, que siendo gobernador el principal promotor de la candidatura de Eviel Pérez, o sea Ulises Ruíz; ha estado en sus manos no sólo la cancelación de la tenencia, sino también como lo hemos demandado públicamente, la cancelación del pago por reemplacamiento. Si realmente existiera la voluntad de cancelar dicho tributo, no tendríamos la necesidad de esperar a que su delfín llegue al gobierno, pues ellos ya ocupan tal posición. Pero como saben que tienen compromisos financieros en donde comprometen dichos ingresos, reconocen que tal promesa simplemente no es cierta. Por eso ¡urge el debate! Para que con elementos y datos duros se explique si la cancelación de la tenencia es posible o no, entre otras cosas. Debemos estar atentos al ejemplo del político del chiste, no vaya a ser que hoy nos ofrezcan el oro y el moro, para que una vez que se haya votado nos vuelvan a gobernar con la insensibilidad, autoritarismo, alejamiento, corrupción, falta de transparencia y mentiras como lo han hecho hasta ahora. Cuidado con las promesas de campaña.
Una propuesta se basa en el estudio o análisis desarrollado previamente para identificar las posibles soluciones para enfrentar una situación o un problema en particular. A la diferencia de la promesa de campaña, ésta conlleva un sustento metodológico que confirma los mecanismos y en su caso, los fondos para llevarla a cabo. Quien propone, a diferencia del que promete, tiene definido con toda claridad los pasos que se deberán seguir con el propósito de cristalizar su propuesta. La promesa ciertamente puede generar simpatías; mientras la propuesta genera confianza y certidumbre. Por eso los que desean el continuismo en la forma de hacer política, prometen. Mientras que el estadista, que desea un cambio, propone. Esa es la gran diferencia.
Quien propone sabe el cómo, el dónde, el por qué, con quiénes y hasta el tiempo para llevarla a cabo. Quien promete sólo tiene el interés de conseguir el voto de los ingenuos, para luego evadir y justificar su falta de cumplimiento. Los oaxaqueños sabemos mucho de eso; seguridad y empleo; una nueva cultura del agua; ni un solo plantón más; transparencia y rendición de cuentas, entre otras promesas más con las que muchos han sido engañados. Por eso es importante que diferenciemos entre lo deseable y lo posible. Que identifiquemos lo que es viable y lo que es una vil promesa de campaña.
Que no nos pase lo que al político del chiste.