La vida de la profesora de preescolar Nancy Adriana Díaz Aguilar, es en el aula. A lado de sus alumnos y compañeras construyen las primeras lecciones de generaciones oaxaqueñas en su formación escolar.
Después de 20 años de servicio, su entusiasmo, dedicación y profesionalismo la distinguen como el primer día de atención. “No olvido el primer día de trabajo, nervios, alegría y sobre todo expectación en esta labor que me han permitido ejercer”, señaló.
Este 21 de abril es Día de la Educadora, profesionales, no improvisadas, que cursaron una carrera a nivel licenciatura para adquirir conocimientos de psicología y pedagogía e instruir a niñas y niños de preescolar -entre 3 y 5 años de edad- mediante actividades para su desarrollo intelectual, afectivo, físico y emocional.
Para la maestra Nancy Adriana más que una responsabilidad laboral, ser docente es un acto de amor, dedicación y entrega, para ayudar a sus alumnos en su iniciación escolar.
Actualmente forma parte de la planta docente del Jardín de Niños “Juan de la Barrera” de Santa Cruz Xoxocotlán, y junto con sus colegas y padres de familia han logrado transformar este espacio. “Ahora está lleno de vida y alegría”, indicó.
Egresada de la Escuela Normal de Educación Preescolar de Oaxaca (ENEPO), generación 1996, Nancy asegura que los 20 de años de servicio no han diluido su primera emoción, por el contrario, sus ojos denotan la alegría y satisfacción que aún mantiene por sus alumnos.
Originaria de Ocotlán de Morelos, ante la pérdida de su padres y siendo la hija menor de 10 hermanos, la vida de la maestra Nancy Adriana no fue nada sencilla, pero a pesar de las dificultades, logró concluir sus estudios e ingresar a un plante educativo.
“Todas las generaciones son especiales. Cada vez que egresan los alumnos es una emoción, alegría y tristeza por verlos partir e ingresar a nuevo nivel educativo”, señaló entusiasmada.
Expuso que una educadora requiere de tolerancia y paciencia para atender a los menores escolares. “En cada uno de ellos existe una historia de vida, diversidad de personalidades, conductas y comportamientos que hay que ayudar e instruir. “¡Es una aventura que vivo con intensidad!”, resaltó.
Dijo que para ella el tiempo no ha pasado, hasta que un día se encontró con la mamá de una de sus alumnas y le contó que su hija cursaba su educación superior. “Sentí una gran satisfacción al saber que tus logros están rindiendo frutos”, dijo.
La docente recomendó a las nuevas generaciones de educadoras y educadores que amen su trabajo y a sus alumnos, les tengan paciencia, creatividad y tolerancia. “Si te gusta lo que haces, hasta el lunes se convierte en viernes, poniéndole el empeño, superas cualquier obstáculo”, resaltó.
Reconoció que el trabajo educativo no solo es de los profesores, sino requiere del apoyo de los padres de familia quienes han contribuido satisfactoriamente en el desarrollo de la vida escolar.
La profesora, Nancy Adriana Díaz Aguilar, actualmente atiende un grupo mixto, es decir segundo y tercer grado de preescolar y lamenta mucho que a pesar de que esté dentro de la capital oaxaqueña tenga tantas carencias, pero no pierde la energía para hacer el día a día de sus pequeños, lo que significa algo extraordinario.
El cariño que ella refleja a sus alumnos, se nota a través de las sonrisas y alegría que sus alumnos le muestran, ya que la consideran como su mejor maestra y amiga.
Reconocen a las profesionales de los Jardines de Niños
El 21 de abril se conmemora el Día de la Educadora y Educador, debido a que un día como este pero de 1872 nació en Alemania, Federico Froebel, pedagogo creador de la educación preescolar y del concepto de jardín de infancia.
En 1837 abrió la primera guardería, donde los niños eran considerados como pequeñas plantas de un jardín, del que el maestro es el jardinero.
Su teoría indica que el infante se expresa a través de las actividades de la percepción sensorial, el lenguaje y el juguete. El lenguaje oral se asocia con la naturaleza y la vida.
A través de su labor desarrollan entre los escolares competencias, afectivas, sociales, lingüísticas, motoras, cognitivas y artísticas, así como para favorecer sus hábitos de higiene.