Cientos de feligreses participaron este Viernes Santo en la Procesión del Silencio, una de las más emblemáticas tradiciones de la capital oaxaqueña, en la cual se expresa el pésame a la Virgen María por la pasión y muerte de Jesucristo.
Este recorrido cumple 28 años de concentrar en las calles del Centro Histórico símbolos de fe y tradición que enriquecen el acervo cultural de la entidad.
Con un paso lento, una a una fueron saliendo las imágenes religiosas del Templo de la Preciosa Sangre de Cristo, acompañadas de cientos de devotos y penitentes encapuchados y descalzos, que portan su propia cruz de madera en señal de duelo y arrepentimiento.
En profundo silencio, avanzaron por el Andador Turístico hacia el zócalo de la ciudad, recorriendo la calle de Valdivieso y el portal de Claverías para subir por García Vigil y Allende, regresando nuevamente por el Andador Macedonio Alcalá.
La procesión fue encabezada por el estandarte de la Preciosa Sangre de Cristo, los apóstoles y la Cruz de Carabaca Dorada de Doble Brazo, y enseguida avanzó la Cofradía de las damas de la Virgen de Dolores pertenecientes al templo del Patrocinio, que en riguroso luto acompañaron a la Virgen.
Desfilaron también los estandartes del Santísimo Rosario de la Arquidiócesis de Antequera, mismos que van adornados con hermosos relicarios elaborados en oro y plata repujada, de incalculable valor religioso, histórico y cultural.
La procesión fue presidida por el Arzobispo de la Arquidiócesis de Oaxaca, José Luis Chávez Botello y la homilía fue dirigida por el presbítero del templo de la Preciosa Sangre de Cristo, Lorenzo Fanelli Dellido.
Decenas de personas participan en esta procesión, que a lo largo de cuatro estaciones rememoró uno de los episodios más significativos de la Semana Santa.
Habitantes y visitantes aprecian el paso de la procesión del silencio cuya tradición dicta su realización con absoluto respeto y con un silencio que solamente se ve interrumpido por el sonido de la chirimía, el tambor y una trompeta que anuncian el inicio del recorrido y el paso de las imágenes por las calles del centro de la ciudad.
La procesión culmina con el paso de la imagen de Cristo Crucificado, que es adorada en el templo de la preciosa Sangre de Cristo y Nuestra Señora de la Soledad y El Señor del Santo Entierro de la iglesia de San Felipe Neri.
Esta celebración fue realizada con profundo respeto y simbolismo y en todo momento contó con el apoyo del personal de la Comisaría de Vialidad del Municipio de Oaxaca de Juárez y de la Secretaria de Turismo Municipal.