El Dip. Eviel Pérez Magaña se reunió con magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), acompañando al equipo jurídico que asesora al PRI en el proceso de impugnación de la integración del Consejo General del Instituto Estatal Electoral de Oaxaca.
En donde se exigió con todos los instrumentos de control constitucional y los recursos ordinarios, restaurar la legalidad y la legitimidad en la conformación del órgano electoral de Oaxaca, que tiene como función precisamente garantizar la confiabilidad, equidad, certeza y transparencia de los procesos electorales y las iniciativas ciudadanas de democracia directa, puntualizó el dirigente estatal priista.
“Imagínense cómo va un órgano con ilegitimidad de origen, nombrado unilateral y atropelladamente, dar confianza y certidumbre a los ciudadanos oaxaqueños ya de por sí en muchas comunidades recelosos con el destino y el respeto de su voto”, cuestionó el líder priista.
Pérez Magaña aclaró que no se trata de una batalla partidista ni ideológica, “se trata de que al restaurarse la legalidad constitucional y reconstruirse los consensos, gane la credibilidad de un órgano tan importante como el Instituto Estatal Electoral y gane la confianza en la eficacia del ejercicio del voto”.
No se trata de un tema menor, de un incidente coyuntural, se trata de un aspecto esencial para consolidar la democracia en Oaxaca, dijo, a partir del fortalecimiento de sus instituciones político electorales, “no del secuestro virtual de ese órgano cardinal por un grupo político heterogéneo en sus plataformas pero idéntico en sus intereses”.
Señaló que seguirá acompañando al equipo jurídico consultor en sus entrevistas en el Tribunal Federal Electoral, “porque no hay nada más importante para nosotros que pugnar con todos los recursos de la ley para frenar el avasallamiento intolerante de un gobierno estatal que habla de transición democrática y actúa como en los más viejos tiempos, de imposición autoritaria”.
Mencionó que es importante “frenar la espiral de ingobernabilidad y vacío de autoridad en un estado complejo como Oaxaca, cuyos desafíos crecen al mismo ritmo con que se acredita la falta de oficio político de los operadores y de quienes les marcan la línea”.
