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El PRI ratifica su condición histórica de partido institucional, como su nombre lo indica, un partido con un programa revolucionario inscrito invariablemente en los parámetros del estado de derecho. El PRI es un instituto político apegado estrictamente a la legalidad, la legalidad constitucional hacia afuera, la legalidad estatutaria en su vida interna.
Además, los partidos políticos son entidades de interés público, cuya existencia legal está regulada por normas jurídicas, cuya observancia no puede estar sujeta a la discrecionalidad de ninguna persona. Por principio de definitividad, estas entidades de interés público no pueden estar acéfalas ni sometidas a las veleidades de ningún dirigente.
Por eso, ante la tentativa de violentar la legalidad de los órganos de dirección estatal del partido, la solicitud extemporánea y notoriamente improcedente de reinstalar a quien ya fue sucedido tres veces conforme a los estatutos del partido, el PRI reitera que dará el curso ordinario a toda promoción, así sea tangiblemente infundada, dejando que las instancias legales confirmen lo evidente.
El PRI tiene una dirigencia legal y legítima, la única. Tiene en el Diputado Eviel Pérez Magaña a su presidente estatal, por mandato de su órgano legalmente competente: el Consejo Político Estatal, en sesión del 3 de septiembre del 2010, sesión certificada notarialmente y avalada en su legalidad por el Comité Ejecutivo Nacional.
ATENTAMENTE.
COMITÉ DIRECTIVO ESTATAL
