La elección de nuevos dirigentes en el PRI luego del colapso2016-2018 no podrá construir un nuevo liderazgo político para las presidenciales del 2024, pero sí podría frenaral morenismo en las legislativas federales del 2021. La única condición es que haya un acuerdode unidad.
El PRI nació en 1929 de pugnasinternas entre la élite revolucionaria, perdióla presidencia por la disputa entre neoliberales y estatistas, recuperóel poder en el 2012 porque Peña Nieto pudo reconstruir el mando único presidencial y perdió de nueva cuenta la presidencia en el 2018 cuando Morena y López Obrador reprodujeronel modelo priísta-presidencialista-populista frente al neoliberalismo de Peña Nieto y el candidato priísta-no priísta José Antonio Meade Kuribreña.
La principal característica del relevo de la dirigencia priísta radica en la configuración de tresperfiles: un relevogeneracional con el gobernador campechano Alejandro Moreno Alitoque podría reactivar al partido con jóvenes, un nuevo dedazodel expresidente Enrique Peña Nieto a favor del sobre calificado ex rector unamita y político ortodoxo y disciplinado José Narro y la figura solitariadel precandidato derrotado Miguel Ángel Osorio Chong sinrecursos, ni bases, ni liderazgo.
Por su cuentay prácticamente sin posibilidad real aparecen el ex gobernador oaxaqueño Ulises Ruiz Ortiz, víctima de los intereses de los grupos de poder del PRI, tratando en solitario de reactivarlas bases priístas que quedan, que nunca han sido tomadas en cuenta y que al final se disciplinan a la cargadaoficialista; y sólo por presencia mediática, la ex gobernadora yucateca Ivonne Ortega Pacheco, sinpropuesta real, convocando desde el internet a las bases y con una historia política conservadora e ineficaz.
Con el PRD en proceso de extremauncióny con el PAN corriendo como pollo sin cabeza, la únicaposibilidad de crear una oposición formal está en el PRI. Pero el pecadooriginal del PRI es que nació desde el poder y fue conducido desde la presidencia de la república, lo que quiere decir que nofue capacitado para la democracia interna. Su viabilidad externa se sustentó el representarun proyecto social que se desinfló en proyecto populista y quedó en un aguadoproyecto neoliberal-mercantilista que sólo aumentó el número de pobres.
El relevo generacional del PRI podría ser la únicasalida; Narro y Osorio Chong traen el sellodel Peña Nieto que desbarrancó al PRI a una base electoral presidencial de 13%sin el Verde hoy morenista y sin Nueva Alianza que perdió el registro, 14senadores de 128 (un vergonzoso 10.9%) y apenas 47 diputados de 500 (un más vergonzoso 9.4%). Y el independiente Ruiz Ortiz carecede bloque de poder para construir un partido opositor.
Desde la irrupción de los neoliberalesen el poder económico-político en 1979 y en la presidencia en diciembre de 1982, el PRI disminuyó su clavede dominación presidencial al romper con el equilibrio en la distribución de las posiciones de poder. El autoritarismo presidencial en el periodo 1982-2018 llevó al PRI a tener 26presidentes nacionales en 36 años, casitodos sin carrera partidista real, el político Roberto Madrazo Pintado se apropiódel PRI para su candidatura presidencial y provocó la primera debacleen el 2000 y el sonorense Manlio Fabio Beltrones nuncaimpuso su fuerza política personal sobre los hilos titiriteros de Peña Nieto.
Si el PRI (Daniel Cosío Villegas en El sistema político Mexicano, 1972) nació para contener el desgajamiento del grupo revolucionario, instaurar un sistema civilizado de dirimirlas luchas por el poder y dar una alianza nacional al proyectosocial de la Revolución Mexicana, hoy el PRI carecede ese escenario porque se ha pasado a Morena y al ex priísta López Obrador y ninguna figura priísta posee la capacidad de liderazgo, además de que las presidencias debilitadasde Zedillo y Peña Nieto nuncase preocuparon por reconstruir consensos internos. Hoy el PRI se maneja como coalición dominante ante diversos y enfrentadosgrupos de poder: caciques, jefes corporativos, expresidentes autoritarios, gobernadores, senadores, diputados, alcaldes, ex políticos con recursos; en estas condiciones, el PRI puede seguirel camino de la disolución del PRD.
AlitoMoreno ha aglutinado a los gobernadores, Narro sólo depende del Peña Nieto repudiadoen las bases priístas del PRI, porque lo manejó a su antojo como agencia de colocaciones y les impuso a los priístas a un candidato fueradel PRI y Osorio Chong notiene alianzas de poder porque Peña Nieto nunca confió en él y Osorio nunca se autonomizó.
El gran dilema del PRI es reconstruir una opciónnueva, porque la vieja la tienen Morena y López Obrador y el neoliberalismo carecede sentido histórico. O quedar en un PARM simbólicoo en un PRD fundido.
Aclaración. Una carta comedida aclaró a esta columna que los evangélicos sírespetan los símbolos patrios y el himno nacional y que son los Testigos de Jehová los que nosaludan a la bandera ni cantan el himno. Para ajustar caracterizaciones de funcionarios que en público violan las leyes de símbolos patrios.
Política para dummies: La política es el arte de sobrevivir, como sea, pero seguir en la brega.